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Seguridad alimentaria: un repaso conveniente

No son muy comunes en esta sección los temas sobre una parte de la dietética y nutrición que, en realidad, es fundamental: la seguridad alimentaria. ¿Sabemos cómo hacer las cosas bien? La realidad parece demostrar que, como en otras áreas de la nutrición, no siempre es así.


Un necesario repaso de cuestiones muy básicas pero que aún se realizan de forma arriesgada en muchos hogares y, lo que es peor, en muchos establecimientos de restauración, nos puede dar algunas pistas sobre los fallos que más habitualmente cometemos en relación con la seguridad alimentaria en tres de los puntos clave: compra, cocinado y conservación.

En primer lugar, a la hora de realizar las compras, un aspecto en el que seguramente muchos fallamos es la indicación de separar en bolsas distintas los alimentos según sea su origen (frutas y verduras de las carnes y pescados), así como de productos de limpieza.

Al llegar a casa es conveniente guardar los alimentos a la temperatura que aconseje el fabricante, algo que no solemos revisar habitualmente, pero que es muy recomendable, pues en ocasiones podemos llevarnos alguna sorpresa. Del mismo modo que guardar los distintos alimentos de forma adecuada como, por ejemplo, el pescado fresco, que debe ser eviscerado primero, o los huevos en el lugar indicado para ello en la nevera. Llega la hora de cocinar y aquí, a pesar de que la cosa parece más clara, dadas las últimas noticias sobre intoxicaciones en restaurantes, parece inevitable recordarnos, por ejemplo, que debemos cocinar bien aquellos alimentos elaborados con huevo crudo (tortillas, quiches, etc.) y evitar las salsas caseras a base de huevo crudo también (mayonesas etc.), sobre todo cuando las temperaturas sean elevadas.

Otro punto clave donde fallamos es cuando cocinamos los alimentos con suficiente antelación como para que nos dé tiempo de mantenerlos en refrigeración de forma adecuada. No conviene dejar enfriar a temperatura ambiente la comida más de dos horas.

En el tercer punto clave, la conservación, debemos tener en cuenta que no deberíamos conservar las sobras refrigeradas más de 3-4 días, así como tampoco deberíamos recalentarlas más de una vez.

Y, por último, el tema de congelar y descongelar que, aunque parece muy claro, todavía se hace de forma arriesgada en muchísimos hogares. Por ejemplo, ¿cuántos de nosotros ponemos la fecha de congelación en un alimento que congelamos fuera de su envase? ¿Cuántos escaldamos las verduras y hortalizas antes de congelarlas?

Pero nada más importante sobre este tema que siempre descongelar los alimentos en la parte inferiror de la nevera o en el microondas en su función de descongelar, pero jamás a temperatura ambiente, como tampoco podemos volver a congelar nunca algo previamente descongelado.