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Robertsport, el paraíso escondido de los surfistas en Liberia

En los últimos años, la imagen de la costa de Robertsport, en Liberia, ha cambiado. Antes únicamente la frecuentaban los pescadores, pero ahora conviven en armonía con los surfistas, tanto locales como extranjeros. Incluso ellos mismos combinan la barca con la tabla de surf.

Un joven de Robertsport, acercándose al mar con su tabla de surf. (J. WESSELS | AFP)

Dicen que es el paraíso escondido de los surfistas en Liberia. Aunque tal afirmación algunos consideran una exageración, lo que sí es cierto es que Robertsport se ha convertido en un lugar frecuentado por surfistas que conviven sin problemas con los tradicionales pescadores, que son quienes siempre han protagonizado las faenas realizadas en sus costas.

Quien pasee por las orillas de sus idílicas playas se dará cuenta de que la práctica del surf va en aumento. Verá pequeños que, con su tabla sujetada bajo el brazo, se acerca a la orilla sorteando en el camino embarcaciones donde pescadores preparan o reparan sus redes. Quizás esos pescadores, tras la faena diaria, sustituirán las barcas por las tablas. Cada vez son más, tanto lugañeros como turistas atraídos por el lugar, por las olas, por el ambiente, por la tranquilidad que se respira, porque invita a la relajación...

Cursillos en la playa

Y también son cada vez más los surfistas experimentados que se dedican a  enseñar a los principiantes. Dan clases, sobre todo, a los jóvenes de esta localidad del suroeste del país. Aprenden a conocer el océano, a nadar y a surfear. Además, el club local y la ONG Provide The Slide les facilitan las tablas.

En una playa salpicada de rocas, Oscar, acostado en la arena, muestra a una niña la manera en la que hay que remar en el mar.

Y lo hace porque es consciente de que el surf significa también conocer el medio. Sentados en círculo, los jóvenes se inician en los secretos del mar con una lección impartida en la arena. Detrás de ellos los pescadores intentan hacer llegar su piragua a tierra firme.

Tras la teoría, llega la práctica. Con las tablas bajo el brazo, dos surfistas avanzan hacia el agua, preparados para enfrentarse a las olas. Samuel ya tiene cierta experiencia y es capar de hacer un giro. Otro joven, acostado sobre su tabla, rema tranquilamente al lado de una piragua. Si no lo consigue, tampoco pasa nada, porque hay tiempo por delante, tanto para seguir aprendiendo como para practicar.

En Robertsport, es evidente, muchos jóvenes se han apasionado por el surf. No se alejan jamás del mar, esperando el buen momento para saltar al agua. Y, si en un momento hay pescadores que necesitan ayuda, no dudan en arrimar el hombro y tirar con ellos, juntos, de la red y arrastrarla hasta la orilla. Todos saben muy bien lo que significa el mar para ellos. Es, sobre todo, vida.