2024 MAR. 02 - 16:10h ‘Pink Floyd & The Dark Side of the Moon’, los secretos de un disco mítico Con motivo del 50 aniversario de la publicación del mítico disco de Pink Floyd ‘The Dark Side of the Moon’, Libros Cúpula ha publicado ‘Pink Floyd & The Dark Side of the Moon’. Escrito por el prestigioso y veterano crítico de rock Martin Popoff, explora al detalle lo que supuso esta odisea musical. Roger Waters, David Gilmour, Rick Wright y Nick Mason. (CAPITOL RECORDS) Koldo Landaluze El libro ‘Pink Floyd & The Dark Side of the Moon’ se articula a través de un marco cronológico, y los capítulos centrales se dedican a examinar su repertorio. Además, estos capítulos centrales incluyen unos breves artículos sobre Roger Waters, David Gilmour, Rick Wright y Nick Mason, que tienen como objetivo detallar mucho más las inquietudes creativas del cuarteto británico. Escrito por el prestigioso crítico Martin Popoff, este libro pasa por ser uno de los más detallados en torno a la obra cumbre del rock progresivo, ‘The Dark Side of the Moon’. Según explica el propio autor, «con esta obra he querido resaltar el carácter atemporal de ‘The Dark Side of the Moon’, empezando por sus cualidades sonoras. Básicamente, tenemos una producción de discos anterior y una producción de discos posterior a este álbum legendario. La idea es que su producción –gestada entre Alan Parsons, Peter James, Chris Thomas y la contribución de la propia banda– es óptima y perfecta, y que, desde finales de 1973, los discos pueden sonar diferente, pero no mejor. En otras palabras, es el primer álbum de la historia donde se conquistaron todas las limitaciones tecnológicas, donde ni un solo sonido del amplio espectro de la paleta sonora quedó limitado por los equipamientos disponibles en la época. Toda una suposición, teniendo en cuenta que los artífices del disco lo hicieron a principios de los setenta en Abbey Road». Popoff añadie que «el estilo de música que componía Pink Floyd en esos momentos –en contraste, por ejemplo, con ‘The Piper at the Gates of Dawn’ o ‘A Saucerful of Secrets’–, no se adscribe a lo que se hacía en esa época ni a ningún género musical específico, vivo o extinto. Claro que, como contraargumento, se podría decir que buena parte de la música actual ya no se hace con guitarras, bajos y baterías, sino con ordenadores, sonidos electrónicos y lo que sea que signifique hoy la palabra sintetizador. En el contexto actual, los instrumentos utilizados para crear ‘The Dark Side of the Moon’ pueden parecer antiguos, como también los métodos utilizados para capturar esos instrumentos en cinta». La locura y otros demonios Sobre el espíritu creativo que impulsó su creación, el autor del libro explica que «el modo en el que la banda se ríe de las convenciones resulta inquietante. ‘The Dark Side of the Moon’ representa una mirada complicada y sutil a varias formas de locura que germinan desde dentro y que se propagan hacia la obsesión, además de la locura de las presiones externas. Y luego está la locura trágica –e ilustrativa–, que a estas alturas es un componente atormentador y mareante del recorrido de la banda: Syd Barrett. Tristemente, la desintegración mental de Syd y su exilio necesario hicieron que la banda se preguntara hasta qué punto la presión de estar en Pink Floyd podría hacerles perder la cabeza». A la hora de incidir la prolongada sombra de Syd Barrett y la locura, Popoff explica que «sobre el tema de la locura hay conceptos todavía más amplios, como el tiempo, el propósito y la muerte. ‘Wish You Were Here’ parece llevarse todo el mérito de ser el disco sobre Syd porque esos temas se abordan de una forma muy clara, pero es en ‘The Dark Side of the Moon’ donde la banda reflexiona sobre su pasado, su presente y su futuro de un modo más conmovedor y, desde el punto de vista artístico, más triunfante». Finalmente, y sobre la mítica portada del disco, creada por Storm Thorgerson, del colectivo de diseño Hipgnosi, el crítico musical revela que «al parecer, la forma del triángulo fue elegida como símbolo de ambición, una de las temáticas del disco, en referencia a las presiones de ser una banda intensa y activa, y a la locura que podría surgir, como por ejemplo en relación a la trayectoria de Syd. Esto se captura con elegancia y delicadeza en el póster de 60 x 90 centímetros de las pirámides que había dentro de la funda del vinilo original. Además de simbolizar la ambición –o en palabras, de Storm, la ‘ambición abovedada’– y la locura, también tenían algo de cósmico y misterioso para ellos, por no hablar de su asociación con la muerte, un tema significativo del álbum. También estaba la sugerencia tácita –sumada a la atmósfera de la foto nocturna– de que esto es lo que uno puede encontrar en el lado oscuro de la luna».