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Reincidentes
Elkarrizketa
Reincidentes
Banda de punk-rock

«Desgraciadamente la forma de escuchar música ha cambiado, se ha convertido en un objeto de usar y tirar»

El encuentro entre la banda sevillana y una diversidad de nombres que ha tenido lugar en estos últimos años es el germen de un trabajo, «Los hijos de la calle (Singles 2020-2024)», que recoge esas múltiples, y algunas sorprendentes, colaboraciones que sirven para entonar un heterogéneo -formalmente- pero identificativo mensaje. Hablamos con Fernando Madina, cantante y bajista de la formación, para conocer en profundidad el proyecto.

Los integrantes de la banda. En primer plano: Javi Chispes; de izquierda a derecha detrás: Manuel J. Pizarro, Juan Barea, Nacho Pujol y Fernando Madina. (Maldito Records)

Quien respondiera a la reciente colaboración -de ida y vuelta- entre Reincidentes y Rozalén frunciendo el ceño y dándole la espalda, no sólo ofreció muestras de una integridad desastrosamente entendida, sino que sobre todo perdió la oportunidad de disfrutar de un emocionante resultado. La compositora es uno de los ejemplos de esas alianzas que durante estos últimos años la banda sevillana ha desplegado en una serie de singles digitales que ahora, reunidos, forman la columna vertebral de «Los hijos de la calle (Singles 2020-2024)». Una demostración de la flexibilidad con la que el quinteto entiende su profesión y todo un ejercicio por trasladar a su imaginario particular propuestas más cercanas, ya sean Marea o Kaotiko, como otras aparentemente alejadas, como las encarnadas por SFDK o El Canijo de Jerez. Una comunión de intereses que prioriza el valor de las canciones y que teje un apasionante y versátil trabajo que sigue reflejando con claridad la identidad del grupo.

El tipo de formato colaborativo que tienen la mayoría de las canciones de este álbum lo iniciaron con el tema «Los hijos de la calle», escrito por Albertucho y publicado durante la pandemia. ¿La idea surgió como forma de contrarrestar ese «encierro» o ya venía de antes? En realidad fue un poco antes de la pandemia cuando Albertucho nos comentó que tenía una canción nueva, en la que incluso utilizaba la palabra “reincidentes”, pero que no la quería tocar él sino que deseaba regalárnosla. A partir de ahí se nos ocurrió que él también podría versionar el tema que quisiera de nuestro repertorio, porque siempre hemos sido muy amigos y sobre todo porque es fan del grupo, pertenece a esa generación posterior a la nuestra del punk-rock hecho en Andalucía, y convertirlo en un single conjunto. Propuesta que aceptó encantado. Es entonces, una vez que ve la luz ese primer lanzamiento, cuando comienza la pandemia y tomamos la decisión de continuar con un formato que pretende plasmar la manera de ver las cosas de un artista sobre otro. Aprovechando la tecnología digital en plena época de confinamiento nos permitió sacar adelante el proyecto y ver cómo podía funcionar. En ese momento es cuando surgió la colaboración con Rozalén.

¿Cómo vivieron la pandemia, encontraron en la música una forma de escapar de todo aquello? La pandemia supuso cerrarlo todo, y por lo tanto fue trágico también a nivel incluso económico, y eso que nosotros no paramos de idear cosas, incluso cuando se abrió un poco la espita para poder ofrecer conciertos lo aprovechamos, teniendo que plantearlos con un público de menos de 50 personas, en formato acústico, sin batería. En ese contexto surgió también la posibilidad de hacer singles digitales, lo que nos sirvió para contactar con la gente que sentíamos que existía una admiración mutua.

Como anécdota que ilustra aquellos días, nos quitamos las mascarillas con Rozalén sólo a la hora de grabar las voces. En esa época no se podía hacer nada, tanto es así que cuando quedamos a comer en el hotel con ella, y como estaba prohibido juntarse más de cuatro personas en una mesa, no pudimos estar presentes todos los miembros de la banda. Fue todo muy extraño, pero lo que teníamos claro es que no podíamos quedarnos quietos.

A partir de esos primeros lanzamientos fue naciendo su interés por prolongar y hacer nuevos ejercicios bajo eso formato de ida y vuelta en las colaboraciones, ¿en qué momento decidieron que aquello iba a tomar vida en forma de disco? Justo después de la canción con Rozalén y de hablar con Mariano Martínez, de Attaque 77, que estaba en Argentina pero como bajo aquella forma de hacer las cosas, las fronteras poco importaban, ya pensamos en darle forma de disco. Tanto era así que como curiosidad te diré que desde el portal de Mariskal Romero lanzaron por aquel entonces la noticia de que Reincidentes se pasaba a los singles digitales, y les llamamos para que rectificaran porque próximamente iban a tener su formato físico, lo que quiere decir que ya teníamos claro que todo aquello era una buena idea de cara a editar un álbum.

Ese formato independiente y digital de presentar las canciones, ¿lo escogieron cómo única posibilidad al alcance en época de pandemia o intentaba también responder a las nuevas maneras de acercarse a la música, dónde no se prioriza el concepto álbum y sí la escucha individualizada? Ambas cosas influyeron, por un lado en ese momento era lo único que podíamos hacer, y por otro, desgraciadamente, y remarco lo de desgraciadamente, porque el consumo de música ha cambiado mucho en la actualidad; y lo ha hecho para peor, se ha convertido en un objeto de usar y tirar: hoy lo escucho, mañana ya no me acuerdo, lo borro… Y eso es algo que duele porque significa que la gente no es consciente de todo el trabajo, del esfuerzo, que hay detrás de una composición, una portada, un vídeo… Existe toda una dedicación para conseguir ese resultado que es olvidada. Ahora un LP se trata igual que una bolsa de patatas fritas, es lo mismo. Es triste pensar que es así, pero nuestra forma de rebelarnos ha sido sacar el disco no sólo en formato físico sino en vinilo.

Teniendo en cuenta que éste, pese a su naturaleza, no deja de ser un disco de Reincidentes, ¿cómo de importante era sentirse identificados con las canciones que buscaban adaptar? Hay un tipo de mensaje que evidentemente buscábamos en los artistas que hemos elegido a la hora de realizar esa colaboración. En ese sentido es muy sintomático el ejemplo de Rozalén, que en “Justo” habla de un abuelo que ha recuperado de la fosa común y de toda esa represión franquista, o Kaotiko, reivindicando la sanidad publica; incluso El Canijo de Jerez, que quizás no sea un músico explícitamente reivindicativo, en su canción, “No paramos de mover las manos”, habla de la libertad de expresión, de la diversidad en las artes y escenas. Todo eso es algo que nos define, y por eso este disco es coherente con lo que hemos sido siempre.

Hace veinte años sacaron un disco acústico, un formato muy poco habitual por estos lares para bandas de punk-rock, ahora con estas canciones se atreven con géneros muy diferentes a los habituales, ¿ha existido un proceso consciente por buscar alianzas que no fueran las esperadas ni típicas? Desde luego. Cuando nacimos como banda no es algo que nos habíamos planteado, pero cuando llevas más tiempo te das cuenta de que los grandes retos, la oportunidad de trasladar a tu forma de ver cosas que provienen de otro tipo de miradas es algo muy bonito y divertido; y si queremos hacer de nuestra vida el rock, tenemos que priorizar pasarlo bien, y eso es algo que también nos pasa en la carretera, yendo de gira, concediendo entrevistas, etc. Si a todo eso le sumas ese interés por retorcer ciertas ideas e intentar llevar a tu terreno artístico conceptos diversos y diferentes entonces se convierte en algo maravilloso, porque de lo contrario te ves como si fueras un funcionario.

¿Cree que hoy en día por parte del público existen menos prejuicios musicales y que de alguna forma se ha vuelto más tolerante y menos cerrado de mente? A pesar de todas esas desventajas que antes hemos hablado respecto al momento actual de la música, creo que en este caso sí ha habido un avance. Hace tiempo, desde una discográfica de Extremadura, cuando salió Nirvana con el “Smells Like Teen Spirit”, me decían que por primera vez se veía a heavys y punks cantando una misma canción y Reincidentes de alguna forma también tiene esa suerte.

Si hay algo de positivo en todo esa nueva forma de consumir música es que la gente está más abierta, existe un mestizaje, uno real, no géneros como el “flamenquito”, que no hay Dios que los aguante, donde existe ese sentido de intercambio de ideas, llegando a encontrar mezclas donde se juntan el rap y el metal u otros muchos ejemplos. Todas las propuestas que han ido apareciendo con los años, el grunge, un tipo de pop, The Smashing Pumpkins o Rage Against the Machine y todas esas intersecciones de estilos que han generado es algo que nos ha enriquecido a los que tocamos y a los que lo escuchan.

¿En algún momento se pusieron ciertas líneas rojas a la hora de no adentrarse en ciertos estilos en busca de colaboraciones? Hombre, por ejemplo, del reguetón no nos interesa nada, pero existen otras muchas cosas que sí. Date cuenta que por ejemplo en nuestro disco “Aniversario” estábamos versionando a Oskorri, Lluís Llach o Serrat, y en el “América” a Pablo Milanés o Silvio Rodríguez, lo que creo que significa que hacemos una lectura suficientemente abierta a la hora de trasladar sonidos diversos al punk. Pero desde luego hay cosas que en la vida haríamos, y sobre todo en lo que se refiere al mensaje somos claros, siempre hemos elegido un camino comprometido, aunque eso mediáticamente nos pudiera perjudicar, y lo que no forme parte de él entonces no tiene cabida.

Abren el disco con «Una tierra llamada rabia», editada en su momento de cara a ese 4 de diciembre, una fecha muy representativa para la banda por ser el día que un trabajador fue asesinado por la policía cuando exigía reconocer Andalucía como nación. Teniendo en cuenta la temática de la canción y que participa Kutxi Romero, de ascendencia andaluza, ¿que haya sido escogida para inaugurar el álbum, tiene algo de declaración de intenciones? Efectivamente así ha sido. Había dos maneras de afrontar estas colaboraciones, y era o haciendo dos canciones, de ida y vuelta, o componer una a medias, como ha sucedido con Kutxi o Mario de Attaque 77. Ese 4 de diciembre, como señalas, tiene mucha significación para nosotros, y empezar un disco con una canción como ésta, a pesar de que el orden de los temas en este caso no nos ha generado mucha discusión, era importante. Porque al hablar de lo nuestro, de Andalucía, y teniendo en cuenta que ya hacía algún tiempo que no publicábamos un disco, nos parecía muy definitivo abrir con ella.

Varias canciones, como las mencionadas de Kutxi y Albertucho; «Justo» con Rozalén e incluso «Siroco», el único tema escrito exclusivamente por ustedes, muestran ese doble escenario donde se reflejan las heridas que dejó el paso del franquismo pero también la preocupación por el resurgimiento de esa semilla fascista… Yo ahora mismo tengo 57 años, y aunque siempre me ha movido esa inquietud por la realidad social, no recuerdo que nunca en un mismo fin de semana mirara con tanta preocupación lo que pudiera pasar a la vez en Reino Unido, Estados Unidos y el Estado francés, es un sentimiento que nunca lo he tenido tan a flor de piel. Se están imponiendo ciertas ideas que ahora me están haciendo preocuparme de verdad, y eso por supuesto influye en nuestra música. Reivindicar lo tuyo es importante, pero del mismo modo es necesario mostrar un flagrante rechazo contra todas esas situaciones que nos quieren hacer volver hacia atrás. Hace poco comentaba con un amigo que del año ochenta hasta aquí habíamos mejorado en muchas cosas, por supuesto menos de las que nos hubiera gustado, pero es que ahora esas pocas nos las quieren quitar, por eso hay que estar alerta.

Creo que si esta entrevista la hubiéramos tenido hace diez años le habría dicho que sus canciones, por desgracia, seguían vigentes, pero ahora creo que estamos metidos en un periodo de mayor involución... Totalmente, y ¡ojo! porque cuando saquemos canciones nuevas por ahí van a ir los tiros. Fíjate un tema como “Yaveh se esconde entre las rejas”, que ya estaba en nuestro primer disco y que luego cantaría El Drogas en “Algazara”, y todo lo que a día de hoy está pasando en Gaza. De hecho actualmente hemos decidido abrir nuestros conciertos con ella, algo que hace unos años nunca podríamos haber imaginado que haríamos.

La doble presencia de Rozalén me parece muy identificativa en el concepto del disco, primero por la apertura estilística que representa y sobre todo porque la temática de «Justo» podría ser escrita por Reincidentes y «¡Ay,Dolores!» por ella. ¿Es la mejor demostración de que las canciones están por encima de géneros y estilos? De hecho toca “¡Ay, Dolores!” en sus conciertos… Esa capacidad que mencionas sobre las canciones es especialmente palpable en “Justo”, que fue compuesta originalmente cuando todavía no se hablaba demasiado de esos temas y ella aún no pisaba tanto los escenarios. Fue muy bonito cuando en el repunte más alto del confinamiento saca nuestra canción interpretada con una guitarra acústica en su casa y la sube a Instagram. Fue ahí cuando nos pusimos en contacto con ella y le propusimos grabarla con más medios, algo a lo que accedió al momento. Es un portento, no tengo palabras para definirla.

Tanto en esa canción de Rozalén, «Justo», como en la de SFDK, «Volver», tiene que adoptar algunos registros vocales poco habituales, ¿fue costosa esa adaptación? Un poco, sí… Incluso en el tema de SFDK tuve que adaptar algo la letra porque era demasiado para mí ese ritmo tan rápido de rapear, es algo que yo no sabía hacer. Respeto mucho el género y las propuestas que vienen del hip hop, pero yo soy mucho del rock y de lo mío. Aún así, como ejercicio está uy bien, sobre todo porque ellos representan esas nuevas músicas que sin embargo no han dejado de lado querer contar cosas, su mensaje es muy libertario y progresista, encontramos un buen rollo inmediato con ellos.

En un tema como «La viuda», El Canijo de Jerez, supongo que desde su propio estilo, logra captar a la perfección la esencia trágica y «aflamencada» de la versión original. ¿Qué se siente cuando alguien desde un lugar aparentemente tan lejano interpreta de esa manera una canción propia? Lo primero es que se te ponen los pelos de punta. Esa canción la escribió Juan Barea y sé que en un primer momento no la pensó bajo un formato eléctrico. En esa época, en los noventa, todavía no contábamos con herramientas como el Pro Tools en casa y componíamos de una forma mucho más rudimentaria, utilizando guitarras acústicas o guitarras españolas. En realidad era luego cuando la llevábamos al local de ensayo cuando le metíamos leña.

Por eso estoy seguro de que cuando escuchó esta versión Barea pensó que era esa la naturaleza original de la composición. Pero es que además de todo eso se nota que está hecha con mucho cariño y por supuesto por unos músicos de enorme talento.

Otra canción que añaden al repertorio de este disco es el tema «Explosivo», que utilizaron en el homenaje a Boni. Aunque se trata de una canción de su etapa en solitario, ¿cuál fue la influencia para ustedes de una banda como Barricada? Imagínate… Cuando empezamos, que acabábamos de cambiar ya el nombre de Incidente Local y nos quedamos en un formato extraño de trío sin bajista, lo que queríamos hacer era una mezcla de La Polla Records, Kortatu, Barricada, Sex Pistols y los Rolling Stones, juntar todo eso y a ver qué salía.

Con “Explosivo”, además de que nos va como un guante, tanto es así que ya forma parte de nuestro repertorio fijo en conciertos e incluso Kutxi Romero nos llegó a decir que sonaba como si fuera nuestra, sabíamos que para aquel trabajo la mayoría iba a optar por adaptar canciones de Barricada, pero al margen de que nosotros ya habíamos hecho anteriormente un tributo a la banda, pensamos en elegir un tema de su etapa en solitario porque, aunque la gente quizás lo iba a tener menos interiorizado, entendíamos que como homenaje era una buena idea.

Si sumamos ese tema de Boni, la presencia de Kutxi Romero y la de Kaotiko, el resultado creo que es el reflejo de su siempre cercana relación con Euskal Herria... Es innegable que hay toda una historia y un bagaje muy importante común con esa tierra. Como anécdota te diré, porque la gente es normal que no lo sepa, que cuando alguien quiere contratar a Reincidentes para actuar en Euskal Herria contamos con una agencia determinada, Baga Biga, mientras que para el resto del mundo es otra, Attraction. Es verdad que últimamente estamos yendo menos de lo deseado, no sé muy bien los motivos, pero en octubre estaremos en el festival Ura Bere Bidean, dentro de un cartel casi exclusivo de nombres vascos, y en su momento ya hicimos bajo el nombre de “Gure Hizkuntza” una versión interpretando la mitad de un tema de Urko y otro de Oskorri.

Una de las enseñanzas que arroja este disco es que las canciones de Reincidentes, viendo la diversidad de bandas que toman parte en él, han conseguido calar más allá de estilos, generaciones o cualquier otra consideración, ¿es ese el verdadero éxito de una banda? Esa transversalidad, que a veces en la política es algo más complicada, aunque no debería ser así, en la música es siempre positiva. Significa sobre todo que tu trabajo está siendo reconocido en diferentes ámbitos, y no es que hagas las cosas pensando en la gente, sino para ti, pero somos conscientes que realizando un punk rock reivindicativo puedes estar renunciando a cierto público, pero a la larga ves que no es así, que la gente va con sus hijos, y a veces hasta con sus nietos, a nuestros conciertos. Y eso es algo que, como diría el Borbón, me llena de orgullo y satisfacción (ríe).

Este disco parece la escenificación de algo que siempre os ha distinguido, y es la disposición a colaborar con un montón de grupos o intérpretes, ¿el gran propósito de este álbum es señalar esa capacidad para unirse desde propuestas diferentes y hablar un mismo idioma? Siempre hemos tenido en la cabeza que el colectivo de la música debe estar unido. Hemos hecho grandísimos amigos en la carretera; hemos girado en innumerables fechas con Porretas o Boikot; hemos tocado infinidad de veces con La Polla Records, tanto es así que nos jugábamos a los chinos quien salía a tocar antes (ríe). Las colaboraciones, los viajes a Latinoamérica, juntar diversas miradas… La gente creativa y además progresista que aspiramos a cambiar la sociedad lo primero que tenemos que hacer es estar unidos, porque la política por desgracia es un yo-yo y tú-tú que no nos gusta y no queremos trasladarlo a nuestro ámbito. Querer estar con gente, hacer cosas a medias, esa es la forma de llevar la vida de una forma plena.

Por eso este disco contiene precisamente ese mensaje, somos propuestas muy distintas pero sin embargo somos capaces de ser muy colegas y meternos en un trabajo común que tiene como reto sacar adelante una canción que va a quedar de maravilla si la hacemos juntos.