7K - zazpika astekaria
SALUD

El alcohol, el verdadero peligro de la Navidad

Entramos en diciembre, el mes de la Navidad y de sus copiosas comidas. La dietista-nutricionista de 7K considera más dañinas otras prácticas como el consumo de alcohol, habitual en las celebraciones, y recuerda que el Estado español está en los primeros puestos en este apartado.

(Getty)

Es cierto que, de un tiempo a esta parte, parece que la Navidad se adelanta cada año más, lo que desde luego obedece más a una táctica comercial que a necesidades reales. Sin embargo, nos pone a todos forzosamente en “modo navideño” desde muy pronto. Y, como es tradición, muchas personas empiezan a estresarse ya con las comidas navideñas y el peso corporal.

Pero, ¿son tan peligrosas las comidas navideñas? A pesar de que siempre se han catalogado las comidas de esta época como “excesos”, en realidad, en cada casa, esos “excesos” pueden ser muy diferentes y, en tal caso, no son todos tan “peligrosos” como los pintan. Pero, una vez más, el “enemigo” no está en los huevos rellenos, en las croquetas, en los espárragos o pintxos con mayonesa, ni, por supuesto, en la carne o pescado y, en algunas casas, tampoco está en los postres.

Y es que es habitual demonizar algunos de estos platos de comida -y me gustaría recalcar la palabra “comida”- y, por el contrario, se suele normalizar el consumo de otras cosas que no lo son. Porque, señoras y señores, los excesos reales son en realidad el abuso de alcohol y el mal uso de los dulces navideños.

Empecemos por reconocer que el marketing nos atrapa y acabamos comiendo turrones, polvorones y mazapanes desde que llega el otoño. Y esto es un mal uso de los dulces típicos, porque comerte unos polvorones después de la cena de Nochebuena no es lo mismo que comerlos semanalmente desde octubre hasta pasado enero. Según el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, “Health at a Glance 2023”, realizado con datos de 2021, en el Estado español se consumen de media 11 litros de alcohol por persona, situándose en los primeros puestos a nivel mundial.

De modo que, puestos a contar calorías (algo que no me gusta) y comparar, sepamos que el alcohol etílico aporta 7 kilocalorías (kcal) por cada gramo (gr), y los destilados, al tener mayor graduación alcohólica que las bebidas fermentadas, tienen también mayor aporte calórico. Así que, por ejemplo en una copa de vino tinto encontramos 126 kcal, 140 kcal en una copa de blanco, 142 kcal en una de cava… Echemos cuentas del alcohol semanal que nos metemos entre pecho y espalda desde noviembre con sus cenas y comidas de empresa hasta el 6 de enero. Sobra decir que, además de que el alcohol es un tóxico nocivo para nuestra salud, aporta cero nutrientes.

Sin embargo, lo que demonizamos es la croqueta casera que para un tamaño de 25-30 gr, con su fritura y todo, ronda las 100 Kcal, o la mayonesa que llevan los espárragos o el pintxo en cuestión, donde una cucharadita de 15 gr aporta menos de 100 kcal pero, ¡ojo!, porque en ambos casos aportan, además, nutrientes de calidad (leche, huevos aceite de oliva o de girasol, pan, etc.)