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SORBURUA

La poda de otoño


La poda de árboles de jardín solo es necesaria cuando hay una limitación del crecimiento de las raíces por agotamiento de las reservas del suelo, lo que hace que todo el árbol sufra en su desarrollo. En este caso se impone cortar las ramas muertas, también por la supresión sanitaria de tocones, que son focos de parásitos, o por invasión de orugas y pulgones. Los chupones deben eliminarse para evitar que absorban nutrientes necesarios para el normal desarrollo del árbol. Sin olvidar el corte de las ramas mal situadas con ángulos dirigidos hacia el interior de la copa.

La poda es apropiada para clarear la copa, aligerando su volumen y aportándole transparencia. Algunas especies, como los plátanos, la aguantan bien, tal y como se puede observar en nuestras avenidas, aunque al final sufren por un corte drástico frecuente. Otras especies, como el haya, no resisten las podas fuertes. No hay que olvidar que el riesgo de pudrición aumenta cortando ramas superiores a tres centímetros de diámetro.

Entre los productos cicatrizantes después de cortar están descartados los utilizados como conservantes de madera como, por ejemplo, la creosota que envenena el árbol. Las masillas tampoco son aconsejables: sirven de alimento a los microorganismos que, al igual que el alquitrán, se agrietan con la lluvia y el sol, y luego por las fisuras entra la podredumbre en el árbol. Lo más indicado es aplicar, inmediatamente después del corte, un fungicida con hormonas que favorece la formación del callo de la herida.

El periodo de reposo vegetativo es la época apropiada para la poda. En el caso de un ciprés plantado en seto o en bonsái, la limitación será solo en tiempo de heladas. Tampoco, como en todas las coníferas, se debe cortar la flecha, la rama principal, hasta que el ciprés no haya alcanzado la altura deseada. A parte de esto, aguantará intervenciones drásticas como el corte en “nubes” de los jardines japoneses. Cabe recordar que, antes de llevar a cabo la poda de los árboles ornamentales de hoja caduca, estos permanecen una gran parte del año sin hojas, por lo que la silueta hermosa de tronco y ramas constituye un valor estético en invierno.