«Wind River»

Aunque tengamos más que aceptado que hoy en día las películas se pueden ver en distintas plataformas, cuando una obra importante se emite por televisión sin pasar por los cines uno no puede evitar sentirse molesto. Especialmente con “Wind River”, la esperadísima película con la que nuestro guionista favorito Taylor Sheridan se afianza también en la realización y con la que ganó el premio al Mejor Director en el Festival de Cannes, dentro de la sección Un Certain Regard. Uno de los muchos galardones desde que se presentara en el Festival de Sundance, como el Premio del Público en Karlovy Vary. Cuesta entender con semejantes credenciales las razones por la que no ha tenido una distribución cinematográfica en nuestro mercado, máxime teniendo en cuenta su rentabilidad en la taquilla estadounidense, donde consiguió cuadruplicar su ajustado presupuesto de once millones de dólares. Tal vez haya influido negativamente el hecho de que esta producción independiente fuese adquirida para su distribución internacional por los hermanos Weinstein, cuyo imperio se ha venido abajo a raíz de las acusaciones de abusos sexuales dentro de la industria de Hollywood. Pero que quede claro que los depredadores Harvey y Bob Weinstein no son, en ningún caso, los productores de la película, sino el conocido cineasta Peter Berg.

El texano Taylor Sheridan empezó su carrera como actor televisivo, hasta que en los últimos años se ha revelado primero en la escritura de guiones, y ahora también en la dirección. Escribió para el quebequés Denis Villeneuve “Sicario” (2015) y, acto seguido, para el escocés David Mackenzie su obra maestra “Comanchería” (2016), que guarda una estrecha relación temática y estilística con “Wind River” (2017). Ha sido reclamado para hacerse cargo del guion de la continuación de su primer trabajo, siendo el italiano Stefano Sollima quien dirige “Sicario 2: Soldado” (2018). En la realización, Sheridan había debutado con el thriller terrorífico “Vile” (2011), sin conexión alguna con sus trabajos posteriores. En cambio, es el creador y conductor de la serie de televisión “Yelowstone” (2018), un western salvaje en la línea de “Comanchería” y “Wind River”, repitiendo con el reparto nativo americano del que se acompaña siempre.

El actor nativo Gil Birmingham, que fue la gran revelación en “Comanchería” por su dramático papel del ayudante del sheriff al que daba vida Jeff Bridges, encarna en “Wind River” el cometido clave del padre de la joven nativa (Kelsey Asbille) víctima de una violación múltiple y asesinato. Le une con el protagonista, interpretado por Jeremy Renner, además de una fuerte amistad, el dolor común provocado por la pérdida violenta de una hija menor. El padre blanco encuentra en el caso de la chica de la reserva cuyo cadáver ha encontrado en medio de la nieve una posibilidad de redención o de, al menos, apaciguar parte de su ira interior. Por eso colabora con la investigación, poniendo al servicio de la misma su oficio como rastreador y cazador de animales salvajes.

Su ayuda resultará imprescindible, porque el FBI ha designado a una novata (Elizabeth Olsen) enviada a las montañas de Wyoming sin el equipo de invierno, lo que evidencia el desinterés oficial por el esclarecimiento de los hechos. La reserva de Wind River no es una excepción, pues en los Estados Unidos el grupo racial minoritario más ignorado es el nativo, siendo el único sobre el que no existen estadísticas de desapariciones y agresiones a sus mujeres. Este tipo de sucesos son comunes y se ocultan, y en Wind River las prospecciones petrolíferas desplazan a los indígenas de su tierra, de ahí que en el desarrollo argumental el personal de seguridad de la planta de extracción aparezca actuando en la zona con total impunidad. Así es como el “neowestern” encuentra su razón de ser.