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CINE

«Ready Player One»


De un consumado veterano del cine como Steven Spielberg siempre cabe esperar una obra maestra pero, a sus 71 años, le puede más la prisa por encadenar un rodaje tras otro, con lo que el mantener un nivel de calidad constante ya parece satisfacerle profesionalmente, como si a estas alturas de su carrera no tuviera que detenerse a demostrar nada. Acaba de estrenar “Los archivos del Pentágono”, dentro de la campaña anual de los Oscar, y ya está presentando acto seguido “Ready Player One”, mientras trabaja en el remake de “West Side Story”, que se anuncia como el primer musical de su amplia filmografía. Y antes de meterse de lleno con la quinta entrega de la franquicia “Indiana Jones”, se atreve con una creación más personal y arriesgada, la titulada “The Kidnapping of Edgardo Mortara”. Es un biopic sobre el sacerdote que vivió en Oñati y aprendió euskara, protagonista de una histórica controversia en el siglo XIX entre judíos y católicos, con el Papa Pío IX de por medio. Y que nadie dude de que el papel del pontífice está reservado para Mark Rylance, su actor predilecto en estos momentos. En definitiva, son cinco proyectos puestos en marcha de forma casi simultánea, algo que no está al alcance de nadie más, ni dentro ni fuera de Hollywood, tanto por capacidad individual como por disponibilidad de medios.

Y, hablando de Mark Rylance, hay que ratificar su presencia vital en “Ready Player One”, donde desempeña el cometido clave del creador de Oasis, ese universo paralelo en el que se introducen los jugadores con gafas de realidad virtual. Un magnate que se crió en los años 80 y que, cuando fallece en el año 2045, es el hombre más poderoso del planeta y de las multinacionales que lo dominan. El juego en cuestión es el soma del que hablaba Aldous Huxley en su novela de anticipación “Un mundo feliz”, un placebo que sirve de evasión a la mayoría de una población sumida en la pobreza, y cuya única vía de ascenso social es ganar el concurso cuyo premio es heredar el millonario imperio del fundador de Oasis.

La novela homónima de ciencia-ficción distópica escrita por Ernest Cline está llena de referencias al cine ochentero de Spielberg, y éste ha querido obviarlas para no convertir la película en un autohomenaje. Prefiere presentar dicho sustrato cultural como un vehículo para las generaciones futuras que huyen de una realidad apocalíptica para introducirse en un nivel de percepción conectado con el puro ocio imaginario, y a las que el autor quiso denominar “Los millones desparecidos”. El joven protagonista, encarnado por Tye Sheridan, habita en el Columbus (Ohio) de mediados del siglo XXI, en unas miserables construcciones que son torres hechas con viejas autocaravanas y contenedores colocados unos sobre otros. Como jugador de excepción, se enfrenta a miles de rivales, a los que saca ventaja gracias a su conocimiento de los enigmas retro planteados por el personaje de Mark Rylance.

Steven Spielberg ha trabajado en esta ocasión para la Warner, porque fue la compañía que ganó a otros grandes estudios la subasta para comprar los derechos de la novela original, puja que tuvo lugar en el año 2010, antes de que el libro fuera publicado. Ha contado con su equipo de confianza, con el director de fotografía Janusz Kaminski y el montador Michael Kahn. La única baja ha sido la de su fiel colaborador John Williams, quien, a sus 86 años, concentró sus energías en componer la banda sonora de “Los archivos del Pentágono”, no pudiendo hacerse cargo de la de “Ready Player One”, que ha quedado finalmente bajo la batuta de Alan Silvestri. Además de los protagónicos Tye Sheridan y Mark Rylance, el resto del reparto principal se completa con Olivia Cooke, Ben Mendelsohn, Simon Pegg, T.J. Miller, Letitia Wright, Lena Waithe, Ralph Ineson y Susan Lynch.

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