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SORBURUA

La dieta de las mariposas


Las mariposas son poco exigentes a la hora de alimentarse, les vale con el polen y el néctar de las flores. Bajo sus patas tienen unos sensores que les indican si la flor tiene néctar y en qué cantidad. En realidad, están tan ocupadas en reproducirse que solo piensan en sus vuelos nupciales, en poner la mayor cantidad de huevos fertilizados y en disfrutar del sol. El ciclo vital de estos insectos comienza con la puesta de huevos, los cuales tienen un orificio por donde la oruga respira. Ya madura, la oruga rompe el huevo, sale al exterior y comienza a comer de tal manera que la piel se le queda pequeña y, según crece, la sustituye por otra más grande antes de llegar al estado de crisálida. Esta queda encerrada en la última piel mientras forma los órganos de la mariposa y luego emerge como tal o como polilla nocturna.

Al inicio de este proceso, la mariposa escoge el lugar donde depositar los huevos de acuerdo a los gustos y voracidad de sus orugas. Las hay muy caprichosas, como las de las mariposas coloristas Pavo Real, Vanessa y Ortigueras, que adoran las hojas de ortiga frecuentes en jardines de flores de buddleias y cardos. Otras mariposas atractivas, como la Perlada Alpina, Sofía y Adipe, ponen sus huevos en las violetas porque sus orugas necesitan sus hojas y flores para alimentarse. La Adipe, de color naranja con manchas oscuras, está en peligro de extinción. La Pieris de la Col es un lepidóptero extendido por Europa que se alimenta de berros y, sobre todo, de coles, por lo que se les persigue con saña. La preciosa Blanca de Majuelo es de color blanco, casi transparente con venas negras y elige los endrinos para alimentar a sus orugas. Las Ninfas de Arroyo y de Bosque ponen sus huevos en las madreselvas; mientras la oruga de la mariposa Aurora, de tonos grises y naranja, tiene gustos muy determinados y solo come berros amargos.

Para atraer mariposas, podemos hacerles un abrevadero. Diluimos diez centilitros de miel, el equivalente a un envase de yogur, y lo mezclamos con un litro de agua. A continuación, ponemos la mezcla en una caja de plástico en la que hemos hecho un agujero de un centímetro para que la mariposa no se ahogue al beber. La colocamos al abrigo del viento en un lugar soleado cerca de un macizo de flores, y luego toca esperar y observar.