7K - zazpika astekaria
CINE

«Jojo Rabbit»


Es la película de moda porque, mientras a unos nos divierte, a otros les parece ofensiva. No es algo que afecte única y exclusivamente a “Jojo Rabbit” (2019), debido a que a lo largo de la historia del cine hacer comedia sobre el nazismo, y no digamos ya sobre el Holocausto, ha tenido su precio. Charles Chaplin fue el más osado, al lanzar “El gran dictador” (1940) en plena guerra, seguido por Ernst Lubitsch con “Ser o no ser” (1942), y más tarde por Mel Brooks y “Los productores” (1967). Pero el exterminio en los campos de concentración seguía siendo tabú dentro del humor, y fue Jerry Lewis con “The Day the Clown Cried” (1972) el que primero lo probó, arrepintiéndose acto seguido y dejando la película inédita. El tema que trataba pasó a manos de Roberto Benigni, que dio el paso triunfal con “La vida es bella” (1997). Más recientemente, Eduard Cortés se acercó a la biografía del mítico Charlie Rivel en “El payaso y el Führer” (2007), coincidiendo con Dani Levy y su “Mein Führer” (2007), donde la caricatura de Hitler corría a cargo del cómico y artista de variedades alemán Helge Schneider.

La que hace Taika Waititi en “Jojo Rabbit” la considero más inocente, y la polémica se debe a una lectura errónea de la película, sembrada por la propia Disney-Fox con sus dudas para producirla y distribuirla, pero disipadas finalmente cuando ganó el premio de Mejor Película en el festival de Toronto. Después de todo, es una obra, basada en la novela de Christine Leunens “Caging Skies”, que sigue la tradición fabuladora del clásico de Günter Grass llevado a la pantalla por Volker Schlöndorff en “El tambor de hojalata” (1979).

Jojo es como el pequeño Oscarcito, pero en lugar de su ruidoso tambor, cuenta con un amigo imaginario. El hecho de que ese amigo de juegos sea el mismísimo Adolf Hitler ha disparado las susceptibilidades, pero dicha relación hay que entenderla como una sátira del fanatismo vista desde los ojos de la niñez. No deja de ser el reverso humorístico de lo que los hermanos Dardenne tratan a través del drama en “El joven Ahmed” (2019).

El humor de las Antípodas que practica un cineasta tan exótico como Taika Waititi choca bastante, lo que no le ha impedido llegar a Hollywood. En sus comienzos ya se acercó a la temática infantil en “Boy” (2010), pero el despegue en Nueva Zelanda tuvo su impulso en las colaboraciones con su colega Jemaine Clement, bien con la serie televisiva “Los Conchords” (2007), o bien con su película de vampiros australes “Lo que hacemos en las sombras” (2014), de la que hace poco han hecho la correspondiente versión para la pequeña pantalla al calor del éxito de “Wellington Paranormal” (2018). La cuestión es que en solitario o en compañía, Waititi se las arregla para alternar los rodajes en su tierra natal con los que lleva a cabo en los Estados Unidos, y así por ejemplo hacía en casa “Hunt for the Wilderpeople” (2016) y fuera, “Thor: Ragnarok” (2017). La tónica se mantiene, porque antes de ponerse con “Thor: Love and Thunder” (2020), trabaja en “Next Goal Wins” (2020), en la que Michael Fassbender encarna a un modesto pero épico entrenador holandés de fútbol.

Del amigo Taika se puede esperar cualquier cosa, ya que nunca se repite y siempre sorprende. En “Jojo Rabbit” utiliza un estilo muy cercano al de Wes Anderson, haciendo de lo imaginativo algo divertido. Se aprecia sobre todo en la banda sonora y en el reparto, ya que ambos apartados se salen de lo común. Ha escogido canciones conocidas, pero en su versión en alemán. Así, el “Im a Believer” de Neil Diamond se convierte en “Mit all deiner liebe” a cargo del futbolista de los años 60 Jack White, el “I Want to Hold Your Hand” de los Beatles, en “Komm, gib mir deine hand”, o el “Heroes” de David Bowie, en “Helden”.

El estelar Roman Griffin Davis lo borda a sus diez años, aunque como gracioso es superado por su amiguete Yorki, interpretado por Archie Yates. Y entre los de la Gestapo se luce Stephen Merchant.

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