2020 MAR. 08 CONSUMO Cancelación de viajes BERTA GARCIA Actualmente, la contratación de un viaje, por lo general, es algo que se hace con meses de antelación, atendiendo a las ofertas de los precios de los billetes, plazas disponibles y otros motivos, pero nadie está libre de imprevistos personales o ajenos a nosotros. Así que tengamos en cuenta que, en cuestión normativa sobre “viajes y cancelaciones”, nuestros derechos como personas consumidoras variarán si es la empresa la que cancela el viaje o cualquier otro servicio contratado o si somos nosotros quienes lo anulamos. La casuística de tipos de contratos de viajes es muy variada y la normativa aplicable también, aunque el consejo elemental es el de informarnos de forma suficiente antes de contratar, sea por internet o a través de una agencia. Y, más si cabe, con la oferta opcional del seguro por cancelación, muy problemático a la hora de indemnizar sino se aclaran las dudas previas a la firma. El coronavirus. El tema ejemplar por antonomasia de estos tiempos es el de la epidemia del coronavirus (COVID-19). El diminuto pasajero alien lo mismo suspende eventos internacionales que nos acrecienta el pánico a modo de invasión marciana orweliana. Pero ahí está, traspasando fronteras, y eso es innegable, así que el turismo se resiente y las cancelaciones de viajes y eventos aumentan, incluso antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la alerta internacional sanitaria a finales de enero. Y esto marcó el método de las “no devoluciones” por anular viajes, ya que las causas no entraban en el apartado de “fuerza mayor”, salvo, claro está, que la mala suerte sanitaria acabe haciendo visible el cierre de fronteras. Una recomendación final es que, si tenemos programada una escapada para las cercanas vacaciones abrileñas, y tal como está el panorama, no es cuestión de precipitarse con las anulaciones personales, que son las que nos costarán gastos por cancelación. Esperemos a que las empresas anuncien cancelaciones, porque a buen seguro que se agarrarán al clavo firme de los decretos oficiales más que a lo que cuentan los mass media.