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CINE

«Emma.»


Autumn de Wilde siempre me ha parecido una mujer fascinante, y me alegra que se haya decidido a debutar en el cine. Hija del hippismo, ya que nació en Woodstock en el año 1970, heredó la pasión por la fotografía de su padre Jerry de Wilde, conocido por sus míticas instantáneas de Jimi Hendrix. Autumn ha seguido con el retrato de artistas icónicos de la música, además de realizar videoclips o diseñar portadas de discos. Ante su cámara han desfilado The White Stripes, Beck, Sonic Youth, Nick Cave & The Bad Seeds, Elliott Smith, Wilco, Willie Nelson, Ryan Adams, The Flaming Lips, The Raconteurs y muchos más. Y luego está su personalísima manera de vestir, inspirada en Oscar Wilde, como si su apellido la ligara al gran escritor irlandés.

Los productores británicos Tim Bevan y Eric Fellner han hecho muy bien en confiar en ella para adaptar una de las novelas más disfrutables de Jane Austen, contando como guionista con la escritora neozelandesa Eleanor Catton, la más joven en ganar el premio Booker, concretamente a los 27 años con su novela “The Luminaries”. Entre ambas logran una versión que conjuga modernidad visual y clasicismo genérico, y que sobre todo resulta deliciosa en su ligereza de comedia romántica llena de situaciones de enredo, pero con un trasfondo que encaja en la reivindicación feminista de la obra de Austen.

No se entiende que el cine haya tardado tanto en descubrir la Austenmanía, y así “Emma” ha sido una novela ignorada hasta las tres últimas décadas. Y se llegó a ella inicialmente a través de una actualización, la que hizo Amy Heckerling con “Fuera de onda” (1995), trasladándola a un ambiente universitario contemporáneo y con Alicia Silverstone como protagonista. Douglas McGrath fue acto seguido el encargado de revisitarla de forma más canónica con “Emma” (1996), estelarizada por Gwyneth Paltrow. Por último, la versión más exótica surgió en Bollywood bajo el título de “Aisha” (2010), con dirección de Raishree Ojha y Sonam Kapoor en el papel principal.

Ya de entrada hay que aplaudir a De Wilde la valiente elección de la actriz Anya Taylor-Joy que, aunque haya nacido en Florida, es de ascendencia británico-argentina, lo que tal vez le haya ayudado a encajar en el papel de una señorita de la época de la Regencia de Inglaterra, diciendo unos textos escritos en 1815. No es desde luego la típica niñita de aspecto inofensivo, porque conviene recordar que, descubierta por el genio del cine terrorífico de autor Robert Eggers en “The Witch” (2015), volverá a contar con su musa en el próximo proyecto sobre los vikingos de Islandia “The Northman”.

Hay muchos otros aciertos en el reparto coral de “Emma.” (2020), y es una pena no poderla ver en una sala de cine, pero la pandemia ha llevado a Universal a estrenarla directamente en plataformas digitales, sin que me quepa duda de que va a ser todo un éxito en su difusión doméstica.

De entre las muchas relaciones sociales que establece la protagonista con el resto de personajes, destaca la que mantiene con su padre, interpretado por el gran actor británico Bill Nighy, así como la que le une a su nueva dama de compañía, una joven de 17 años, cuatro menos que ella, encarnada por Mia Goth.

Si Emma Woodhouse no fuera un personaje creado por Jane Austen hace dos siglos diría que pertenece al particular universo burgués de una Sofía Coppola. Las concomitancias entre esta niña rica inglesa de época y su Maria Antonieta son muchas, tal como se ha encargado de reflejar sutil e irónicamente Autumn de Wilde. El problema de la señorita Woodhouse es que se aburre en su preciosa pero apartada mansión, y por eso recurre a juegos de salón amorosos. A pesar de que guarda las distancias, puesto que sus manejos como casamentera afectan a otras mujeres de su entorno, terminará descubriendo sus propios sentimientos sin querer.

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