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PANORAMIKA

Escribir el relato


El relato es siempre fiel a quien regenta el poder. Aquella memoria que permanece es la que fue legitimada por una manera de ver el mundo y, en consecuencia, como encargada de contar lo que en él sucede. Desde esta página siempre alegamos que nunca hay una imagen inocente por muy neutral o exacta que ésta pretenda ser. Por tanto, tampoco existirá nunca una forma correcta de interpretar los hechos, pues la historia siempre está condicionada por quien la escribe. Los bandos vencedores dan por absolutas sus versiones al igual que los lados fuertes impondrán siempre su mirada ante cualquier otra opción de entender la realidad. Entre otras muchas cuestiones, la cultura en general y el arte contemporáneo en particular, han actuado como vehículos para aquellas historias bastardas. Aquellas visiones que podrían caer en el olvido y que, sin embargo, la fuerza de lo poético es capaz de ensalzarlas para mirar frente a frente a las estructuras más férreas. Aún y todo, no debemos relajarnos, pues la cultura actúa en ocasiones como tentáculo del propio sistema. La historia del arte ha ocultado muchos perfiles que han pasado al olvido, sobre todo mujeres, mientras sus compañeros de generación son venerados a día de hoy.

Finalmente, todo parece reducirse a espacios de poder y a las posibilidades que éstos nos ofrecen. Como público debemos ser capaces de ejercer una mirada crítica que exija un contenido capaz de transmitirnos las múltiples subjetividades que habitan el mundo. Que nieguen la existencia de espacios complacientes y homogéneos y que en definitiva nos desafíen. Pues es la única manera de evitar dejar de trabajar por mejorar aquello que nos rodea.

El Museo Guggenheim de Bilbo inauguró el 18 de septiembre y hasta el 10 de enero del próximo año 2021, la exposición dedicada a la figura de Lee Krasner (EEUU, 1908-1984). Bajo el título “Lee Krasner. Color vivo” ha sido realizada en colaboración con el Barbican Centre de Londres. El recorrido cronológico marca la exhibición de sus piezas y da buena cuenta de la interesante y potente producción llevada a cabo por Krasner. Es considerada una relevante figura del expresionismo abstracto estadounidense, corriente que se desarrolló mirando hacia el muralismo mexicano, con experiencia de militancia en la izquierda política y bajo la influencia del surrealismo. El talento de Krasner, que se hizo notar en sus trabajos más tempranos, estuvo presente hasta la consagración de su trayectoria entrados los años 70. El color y la gestualidad de muchas de sus obras en gran formato, conviven con piezas más figurativas que parecen asentarse en espacios más comedidos y controlados. La abstracción es el denominador común de esta revisión permitiéndonos entrar en un universo propio, tan rico como diverso. Krasner es posiblemente una de esas figuras cuyo nombre no es tan conocido para el gran público por haber sido pareja de Jackson Pollock. El también pintor, pasa por ser el máximo representante del movimiento del expresionismo abstracto y conocido por sus famosos cuadros pintados con la técnica del goteo. La identidad de Krasner ha estado siempre eclipsada por el estrellato conquistado por su pareja, cuestión que la historia del arte ha sabido controlar muy bien hasta nuestros días.

La Sala Kubo Kutxa ha programado también hasta el 10 de enero, una retrospectiva de Juan Luis Goenaga (Donostia, 1950). La trayectoria del pintor donostiarra aparece representada por 128 piezas. La sala está dividida en áreas temáticas tales como la naturaleza, la figura humana, la abstracción o la atención centrada en la inspiración rupestre. Todas ellas son espacios que dan cabida a una prolífica y amplia carrera a la que podremos acercarnos en el espacio situado al lado de la Playa de Zurriola.