7K - zazpika astekaria
MÚSICA

Bab L’ Bluz


Através de un arco de entrada a la medina, dentro de un laberinto de callejones llenos de tiendas que venden especias y aceites perfumados, vinilos raros e instrumentos hechos a mano, llega el sonido del blues. Suena antiguo pero actual, funky y rítmico, cargado de textos árabes, voces altísimas y ritmos llenos de bajos. Parece el latir del corazón del Magreb. Inspirado, conmovedor. Como si hubiera nacido en un cruce de caminos, así se siente la propuesta de Bab L ’Bluz: un poderoso cuarteto marroquí-francés que está reivindicando el blues del norte de África. Formados en 2018 en homenaje a la cultura Gnawa –una de las principales corrientes musicales en Marruecos, arraigada en las tradiciones islámicas y africanas subsaharianas– su instrumento representativo es el guembri, un laúd bajo de tres cuerdas.

«Más que nada somos una banda de rock», declara la líder Yousra, que canta, ulula y dispara riffs con su awicha –pequeña guembri– cubierta de piel de cabra como una diosa guerrera bereber. «Usamos el awicha como guitarra y el guembri como bajo, ambos en diferentes afinaciones. Canalizamos nuestra amplia gama de influencias en una música que cruza fronteras y viaja a través del tiempo».

De esta forma, la gnawa de la vieja escuela se encuentra con el funk; el chaabi marroquí da la mano a los sonidos del trance y la poesía cantada de Mauritania se cruza con el profundo grito espiritual del blues. Todo envuelto en ritmos de rock psicodélico influenciado por artistas como Santana, Jefferson Airplane y Nass El Ghiwane –los Rolling Stones de Marruecos–. El suyo es un álbum de debut vigoroso a la vez que sorprendente.

«Estamos fascinados con los orígenes de la cultura gnawa y sus similitudes musicales en otras partes de Oriente Medio» dice Brice, el músico de guembri, productor y multiinstrumentista francés. «El blues africano incluye otra música pentatónica: el hassani mauritano. La música bereber que se encuentra en las montañas del Atlas de Marruecos». Yousra y Brice cofundaron Bab L ’Bluz mientras perfeccionaban sus habilidades con el guembri, explorando las posibilidades del icónico instrumento al tiempo que componían en su estudio en Marrakech. Aquella creatividad resultante se muestra en las diez pistas del álbum.

Sensual, visceral e inmediata, “Nayda!” presenta a cuatro músicos dedicados a las ideas de unidad, a una revolución en la actitud, a sacudir el status quo. Valores que encajan con el movimiento juvenil “nayda” de Marruecos: una nueva ola de artistas y músicos marroquíes que se inspiran en la herencia local, cantando palabras de libertad en el dialecto marroquí-árabe de darija. Fusionan diferentes estilos para formar un todo. Su líder, Yousra, de origen afro-marroquí, es un símbolo de respeto por la igualdad en un campo que durante demasiado tiempo ha sido tradicionalmente masculino.

CD AIPAGARRIA

 

Laraaji

“Moon Piano” • All Saints Records, 2020 • Ambient/Improvisación

Formando parte de una trilogía de discos de Laraaji, este álbum encuentra al artista espiritual dejando atrás su autoarpa y otros instrumentos para volver a su primer amor por el piano. Si bien estas piezas tienen un aire similar a las de “Sun Piano” –su anterior trabajo– que son improvisaciones de piano grabadas en una iglesia de Brooklyn, la música de “Moon Piano” es un trabajo de cariz más contemplativo acorde con su título nocturno. De hecho, aunque es posible que Laraaji no tenga a mano aquí los gongs o campanillas que utilizaba anteriormente, se respira un aire de serenidad y tranquilidad que lo distingue inmediatamente como un trabajo suyo. Se refugia en un mundo de acordes colgantes y melodías suaves y recuerda al oyente los momentos más tranquilos de la música de Keith Jarrett. Con todo, “Moon Piano” es un conjunto tan armonioso y curativo como cualquiera de las obras más abiertamente espirituales de Laraaji.