John Grant

En algún momento de la última década, John Grant se afianzó como uno de los grandes cronistas musicales del sueño americano, enfocado sobre todo desde su lado opuesto. ¿Qué pasaría si lo prometido se convirtiera en cenizas? El compositor y cantante lo expone todo para que sea examinado cuidadosamente en su obra más autobiográfica hasta la fecha. A lo largo de una década publicando discos en solitario, ha ido experimentando con el estado de ánimo, la textura y el sonido. En un extremo de su arco iris musical encontramos al pianista curtido en mil batallas, en el otro, un robusto autor de música electrónica. “Boy from Michigan”, su nuevo álbum, conjuga ambos aspectos a la perfección y se amplían sus dotes compositivos. Grant conoce Estados Unidos lo suficientemente bien como para documentarlo con detalle microscópico. La frágil intensidad de las experiencias vitales tempranas de un hombre de mediana edad se retuercen sigilosamente hasta convertirse en una amplia metáfora del estado de la nación.

Con su vieja amiga Cate Le Bon en las labores de producción, Grant ha maximizado el impacto emocional de las melodías despojándose del ruido del vodevil y potenciando el estado de ánimo en un nuevo mundo sombrío para vivir. «Cate y yo somos dos personas con mucha fuerza de voluntad. Hacer un disco no es tan sencillo. El estrés creciente de las elecciones estadounidenses y la pandemia empezó a afectarnos a finales de julio y agosto del año pasado. Hubo momentos en los que el proceso fue muy estresante dadas las circunstancias, pero también estuvo lleno de muchos momentos increíbles y alegres», confiesa Grant.

El viaje narrativo de “Boy from Michigan” se abre con el regreso de Grant a su faceta artística más bonita. Comienza con tres canciones extraídas de su vida anterior en Denver: la canción que da título al álbum, “The Rusty Bull” y “County Fair”. «Es mi trilogía de Michigan», dice. Cada una de ellas atrae hacia un sentido específico del lugar, antes de desentrañar su significado con una lista de personajes locales que a menudo simbolizan la fe inculta de la infancia.

“Mike and Julie” y “The Cruise Room” son tal vez las canciones más conmovedoras del disco, pues se sumergen en los últimos años de la adolescencia de Grant. En la primera, se enfrenta a un amigo que quiere estar con él, un hombre al que pone trabas a propósito colocando a una amiga común en medio, ya que todavía no puede enfrentarse a su propia sexualidad. En la segunda, vuelve a visitar el bar Art Deco del Hotel Oxford de Denver para pasar una última noche de joven antes de probar suerte en Alemania y ver si Europa le va mejor. A su manera, Grant puede haber alcanzado con este trabajo si no el sueño americano, al menos un sueño americano.

“In These Silent Days” • Elektra, 2021 • Rock

El nuevo álbum de Brandi Carlile es la continuación de su disco de 2018 galardonado con un premio Grammy, “By The Way, I Forgive You”. Un trabajo grabado en el RCA Studio A de Nashville con Dave Cobb y Shooter Jennings a su lado ejerciendo las labores de producción. Tim Hanseroth (voz, bajo), Phil Hanseroth (voz, guitarra), Cobb (guitarra, percusión), Jennings (piano, órgano, sintetizador), Chris Powell (batería, percusión) y Josh Neumann (cuerdas) son los músicos que participan en el álbum. Por su parte Jess Wolfe y Holly Laessig, del grupo Lucius, aparecen como cantantes invitados en “You And Me On The Rock”. Inspirado en los sonidos de Joni Mitchell es un nuevo paso más en su carrera. La cantante y compositora de americana tiene una de las voces más grandes del género, es franca como mujer queer en la música y recientemente plasmó la historia de su vida en sus memorias, “Broken Horses”.