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IRUDITAN

Taxis con huerta

Fotografía: Jack Taylor| AFP

Las huertas proliferan en los sitios más insospechados: subterráneas como los walipinis en el clima extremo del Altiplano boliviano o en las alturas de los rascacielos más sofisticados, logran producir verduras en las condiciones más dispares. En Bangkok han reconvertido los techos y capós de sus taxis parados en pequeños huertos, como se puede comprobar en esta fotografía. En un estacionamiento al aire libre en el oeste de la capital tailandesa, la flota de taxis antes dedicada a trasladar turistas ahora sirve para cultivar berenjenas, pimientos, pepinos, calabacines, albahaca... y criar ranas para ayudar a alimentar a los conductores y a los empleados en paro. Habrá unos 200 vehículos abandonados porque muchos de los chóferes de estos coches rosas y naranjas decidieron regresar a sus respectivos pueblos tras endurecerse las medidas anticovid-19 e implantarse el toque de queda nocturno que ha dado al traste con el negocio. Ahora, de estos automóviles surgen brotes verdes regados por las lluvias monzónicas mientras se escucha a esas pequeñas ranas verdes y marrones, que no paran de croar en el calor tropical, dentro de piscinas improvisadas hechas con llantas viejas. Así que algunos se agarran a esta opción hasta que la situación mejore e incluso planean, si la cosecha es buena, vender el excedente en los mercados locales. Es también una manera de combatir el estrés, la agricultura en miniatura les ayuda a pensar en otras cosas.