El arte como proceso

El arte es una manera de expresión. Un camino mediante el cual podemos abrir nuestra mente hacia nuevos conocimientos. Si bien la creación artística y visual se desarrolla en el mundo de lo visible, está condicionada por la cuestión estética, y es mucho más que la producción de contenido agradable a nuestra vista. Para las artistas, el arte sirve como forma de relación con la vida. Para el público, como un lugar desde el que cambiar el eje de nuestra mirada y cuestionarnos todo aquello que damos por supuesto. La producción cultural es, además, una oportunidad para la investigación. Muchos proyectos se desarrollan como una aproximación a determinadas temáticas, cuya etapa final acaba siendo una pieza artística o una resolución plástica. Es por eso que una de las grandezas del arte es esta capacidad que tiene de albergar diferentes capas de complejidad.

Según nuestro compromiso o interés, podremos desgranar un proyecto hasta la raíz de su origen o disfrutar de los niveles más externos. Profundizar en los conceptos, procesos y conflictos que ahí se dan o valorarlo como una experiencia estética capaz de atrapar nuestra atención. El objetivo final de una obra es en gran medida la conexión con el público. Completar el diálogo que propone y encontrar en las miradas visitantes resonancias que acaben por conformar el sentido final. Es por eso que será nuestra labor decidir hasta qué nivel nos implicamos y cuál será la vivencia resultante de ello. Pero, sin duda, cada nueva pieza es una nueva oportunidad que merece la pena aprovechar.

El Museo de Bellas Artes de Bilbo, dentro de su Programa de Videoarte y Creación Digital del Museo de Bellas Artes y la Fundación BBVA, inauguró el pasado marzo la exposición “La ciudad vacía” que se prorroga hasta el 26 de este mes. Detrás de este proyecto se encuentra el artista Antoni Muntadas (Barcelona, 1942). Uno de los artistas más relevantes de su generación que abrió camino en el arte conceptual y en la creación videográfica. Establecido en Nueva York desde los setenta, trabaja en torno a la creación de la imagen y nuestra relación con los mass media. De hecho, hace algo menos de dos años reseñamos en estas páginas la exposición individual que inauguró en Gasteiz y que recorría gran parte de su trayectoria. En esta ocasión, Muntadas toma el desarrollo urbanístico de Bilbo como punto de partida para la creación de su proyecto. Para su realización ha contado con varias colaboraciones que le han permitido conectar con el contexto local y plasmar así una visión multidisciplinar en su obra. El trabajo está compuesto por tres piezas. “Vacuum/Plenum” es una doble proyección que compara dos imágenes muy diferentes de la capital. Su vaciado total durante el confinamiento y la normalidad de su flujo habitual. “On Translation” realiza un recorrido visual y sonoro siguiendo el cauce de la ría y mostrando los cambios que esta zona representa en el paisaje. “Suntsiketa/Eraikuntza” es un vídeo que indaga sobre los sucesos extraordinarios (inundaciones, pandemias, guerras) que influyen en los proyectos urbanísticos. Junto a estos trabajos encontramos piezas anteriores realizadas entre 2015 y 2017, que crean resonancias con el proyecto realizado en la capital vizcaina.

El legado de José Félix González Placer (Gasteiz, 1951-1991), donado por su familia al Museo de Arte Vasco Artium de Gasteiz, es el punto de partida para la exposición “Etxegarai'ko Goti” que podrá visitarse hasta el 16 de enero. En ella encontraremos una interesante obra gráfica, además de objetos que permiten acercarnos a su proceso creativo. Conviene destacar la posibilidad de visionar algunas de sus películas de corta duración. Un trabajo que nos acerca a la identidad de una generación marcada tristemente por la presencia del sida y la desaparición temprana de aquellos que la conformaban.