7K - zazpika astekaria
SALUD

Moda «healthy» y polémicas nutricionales


En las últimas semanas ha habido un gran revuelo (y polémica) entre muchos nutricionistas en torno al lanzamiento al mercado de la crema de cacao realfooder que ha generado un aluvión de críticas, aunque también opiniones a favor de la misma. Este producto tiene como objetivo ser la versión “saludable” que sustituya a las cremas de cacao de toda la vida y que se pueden catalogar como ultraprocesadas.

Atendiendo a la lista de ingredientes (frutos secos y aceite de oliva, entre otros), parece claro que esta nueva versión es más saludable que otras alternativas similares, pero ¿es realmente eficaz y necesaria? En el mismo envase se recomienda no exceder una cantidad de 2 a 4 cucharadas diarias, lo que haría pensar que, en todo caso, su consumo ha de ser ocasional, ya que, de no ser así, estaría desplazando a otros alimentos que sí son prioritarios.

Sin embargo, no es el único ejemplo de controversia nutricional últimamente, ya que encontramos el mismo ejemplo en un recién aterrizado restaurante en Bilbo. Que ¿qué tiene de especial? Pues algo muy similar a la crema de cacao realfooder, y es que presentan su comida bajo lemas tales como “comer sin remordimientos” porque, tal y como recogen otros medios, «las dietas a base de platos poco apetecibles como las judías o el brócoli al vapor son agua pasada: hoy hay cabida para alimentos hasta ahora ‘prohibidos’ como pizzas, donuts o gofres», que en este espacio tienen ya su versión healthy.

Los responsables del propio restaurante repiten, además, frases tales como: «En el restaurante te llenarás, pero tus digestiones serán ligeras» o «Hay que eliminar azúcares añadidos, harinas refinadas y grasas hidrogenadas» y, de hecho, hay en la pared una pintura que reza azúcar, gluten y fritos con una línea en medio a modo de tachado y sabor sin tachar.

Entiendo el movimiento saludable en el sentido de querer escapar de productos ultraprocesados (grasas hidrogenadas y excesiva adición de azúcares añadidos), ahora bien; relacionar “mejores digestiones”, “alimentos prohibidos”, “nutrientes y formas de cocinado, tachados” no es más saludable, sino más restrictivo, y nos aleja de una relación sana y libre con la comida (y el cuerpo).

Asimismo, es curioso que la mayoría de platos son platos que, como la crema de cacao realfooder, emulan los típicos platos de comida rápida, en su versión “saludable”, lo que me genera muchas dudas si, finalmente, acabas comiendo hamburguesas y pizzas. Me da la impresión de ser un autoengaño, o la opción para quienes comer pueda suponerles angustia y culpa, en cuyo caso, esta desde luego, no sería la solución.

Como siempre, buscando qué dice la ciencia sobre esta moda restrictiva mal llamada healthy, he encontrado un estudio preliminar, publicado el pasado año en la revista “Journal of Nutrition Education and Behavior” y al que han llamado «‘Healthy’/‘Unhealthy˝ Food Brands Influence Health, Calorie, and Price Ratings of Food». El objetivo de dicho estudio fue evaluar el efecto de las marcas de alimentos saludables y no saludables en la percepción de los consumidores sobre la salud, el contenido calórico y el precio estimado de un alimento. Los resultados mostraron que combinar un alimento poco saludable con una “marca saludable” (healthy) condujo a un aumento de las calificaciones de salubridad, una disminución de las estimaciones del contenido calórico y un aumento del precio. Contrariamente, combinar un alimento saludable con una “marca no saludable” condujo a una disminución de las calificaciones de salubridad, un aumento de las estimaciones del contenido calórico y una disminución del precio.

Es decir, que cuando nos dicen (los influencers, famosos, industria alimentaria etc.) que algo es healthy o más “saludable”, lo percibimos así, como algo realmente adecuado, con menor contenido calórico y pagamos más por ello.