Beth Orton

El sonido definitorio de la música de Beth Orton no tiene nada que ver con el género. La cantante y compositora británica nunca ha estado realmente comprometida con una escena o espacio musical específico, su música entra y sale de la electrónica, de la psicodelia vibrante, del folk rock inglés más barroco o del downtempo atmosférico. Antes del lanzamiento de su debut en 1996, “Trailer Park”, Orton colaboró con The Chemical Brothers, William Orbit y Andrew Hung de Fuck Buttons, quien le ayudó a trazar algunas texturas a su álbum de 2016 “Kidsticks”. Pero el sonido característico de Orton es simplemente el de su propia voz, un instrumento versátil que transmite una calidez reconfortante y una gran profundidad emocional, sazonado con cierta seriedad desde el momento en que la escuchamos cantar; una especie de cansancio del mundo y una sabiduría obtenida de una vida atípica y aventurera.

Es la propia voz, literal y figurativamente, la que impulsa su séptimo álbum, “Weather Alive”, así como el final de una brecha de seis años sin publicar un disco. En su nuevo trabajo une los impulsos creativos dispares pero complementarios que han servido para desarrollar su carrera hasta el momento, y brinda nuevas vías a través de las cuales explorar nuevos caminos. Es una experiencia auditiva rica en detalles y liberadora, un camino inspirado de melodía que a menudo se siente como si la música cobrara vida propia.

A través de la escritura de las canciones y la creación de esta música es donde Orton encontró su camino de regreso al mundo que la rodea, una forma de llegar a la naturaleza y a las personas que importan. Este disco es una exploración sensorial que le permitió una conexión con una conciencia que estaba buscando. A través de la resonancia del sonido y un viejo piano, que compró en el mercadillo londinense de Camden, encontró una forma de sanación.

Muchos músicos se encierran en sí mismos cuando el mundo que los rodea parece caótico y poco amigable. Reformular la percepción de uno mismo a menudo puede revelar nuevas verdades personales tanto incómodas como profundas, y para Beth Orton, la música resurgió en los últimos años como una fuerza de unión, incluso cuando su propia vida estaba más tumultuosa que nunca. De hecho, los cimientos de las canciones de su recomendable álbum no son más que su voz y un piano de saldo tocado en un cobertizo en su jardín, evocando una atmósfera profundamente meditativa.

Entre los colaboradores cercanos de Orton en “Weather Alive” se incluyen a Tom Skinner (Sons of Kemet, The Smile) en la batería y Tom Herbert en el bajo, con músicos adicionales que agregan matices y color a su música: Shahzad Ismaily en la guitarra, batería, armónica y bajo; Sam Beste al vibráfono; Francine Perry a los sintetizadores y Alabaster dePlume al saxofón.

CD AIPAGARRIA

Hot Chip

“Freakout/Release” • Domino, 2022 •&flexSpace;Pop

A pesar de estar alineados con los clubs y la escena de festivales y tener una reputación como remezcladores, Hot Chip también ha mostrado durante mucho tiempo su amor por el hip-hop. Este octavo álbum de estudio muestra más conexiones abiertas con el género que cualquier otro de su catálogo. También profundiza en otras referencias de las décadas de 1970 y 1980. Son ejemplo de ello temas como “Eleanor” y “Hard to be Funky”, donde se apropian del sintetizador, así como momentos en los que la banda distorsiona sus teclados, guitarras y voces para darnos flashbacks borrosos de la nueva ola en “Guilty”. Estos son dos ejemplos significativos de que “Freakout/Release” es un abanico abierto de contrastes, tanto frágiles como feroces que contienen algunos de los momentos más brillantes de la banda.