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PANORAMIKA

Habitar la sala

Vista general de la exposición “Triple concierto” de Fernando Pagola, que se puede visitar hasta el 27 de agosto en el Museo Universitario de Nafarroa.

La puesta en marcha de una exposición requiere, generalmente, de unos elementos básicos. Lo primero que se define es el espacio donde va a suceder, pues marcará el diseño y la planificación final. El contenido, verdadero protagonista de la muestra, influye en este proceso y debe intentar exprimir todas aquellas posibilidades que favorezcan su disfrute. La instalación definitiva necesitará, presumiblemente, de apoyo lumínico, un diseño arquitectónico específico, control de flujos de visitantes, así como la redacción, impresión y colocación de textos de apoyo, cartelas informativas, hojas de sala o programas de mano. Conviene añadir el trabajo administrativo que conlleva el transporte, seguros de obra y contratos de exhibición. Todo esto desvela algo que puede ser una obviedad, que es que exponer no es solo colgar objetos en un lugar. Las piezas se expanden sobre las salas, desarrollan su propia presencia y crean espacios de interrelación entre ellas y el público. Las decisiones que se toman hasta la apertura de puertas, tienen en cuenta criterios compositivos, comunicativos y visuales, pues cada nueva apuesta es una experiencia sensorial completa que intenta atravesar nuestra percepción.

Para la reseña de hoy ponemos el foco en el proyecto inaugurado el pasado abril en el Museo Universitario de Nafarroa. “Triple concierto” es el título elegido para la exposición a cargo de Fernando Pagola (Donostia, 1961) y que podrá visitarse hasta el 27 de agosto. Tras dos años de trabajo, Pagola presenta los resultados de su colaboración dentro del programa “Tender Puentes”, en el que el museo propone diálogos con piezas de nueva creación y su colección de fotografía histórica. “Triple concierto” responde a una muestra conformada por tres piezas que son a su vez consecuencia de tres procesos creativos. Por un lado, la obra más llamativa es “Gilgamesh Enkidu-Allegro Enérgico”, un mural de seiscientos metros cuadrados que envuelve la estancia prácticamente en su totalidad desde el collage fotográfico y la composición pictórica, para hablar sobre la resolución de conflictos y la lucha. Dirigiendo nuestra mirada hacia el suelo se despliega “Proyecto Frankfurter-Andante espressivo”, propuestas gráficas que utilizan hojas del periódico “Frankfurter” como punto de partida para reflexionar sobre la imagen y su papel en la representación contemporánea. Por último, vitrinas y proyecciones audiovisuales muestran “Dietario-Grazioso e giocoso”, una colección de agendas y cuadernos del propio autor, plagados de ideas, bocetos y pruebas. “Triple concierto” ofrece la posibilidad de entender y formar parte de aquello que sucede entre las tres obras. Resultados aparentemente diversos que comparten resonancias plásticas y formales propician un recorrido coherente y unificado.