7K - zazpika astekaria
LITERATURA

Un viaje personal por internet


Roisin Kiberd nació en Dublín en marzo de 1989, el mismo año y mes que el internet que conocemos. A lo largo de su carrera profesional ha trabajado en varias startups tecnológicas y en una empresa de publicidad como Comunity manager. Sus ensayos se han publicado en “Dublin Rewiew”, entre otros; y ha escrito artículos sobre tecnología y cultura para publicaciones como “The Guardian”, “Vice” y “Motherboard”, donde tuvo una columna sobre las subculturas de internet. En 2016, tuvo una crisis mental. Llevaba años escribiendo sobre la supuesta confluencia entre la vida analógica y la digital, pero lo que pasaba en su pantalla se volvió demasiado real: «Pasaba más tiempo que nunca delante de la pantalla y pasaba más tiempo leyendo mis tuits de gente que teniendo conversaciones cara a cara. Se abrió una distancia entre mi vida y el resto del mundo, y empecé a ver la realidad en función de internet», escribe en la introducción. Le diagnosticaron un trastorno múltiple de la personalidad y entró en un plan reeducativo para quienes «habían olvidado cómo ser humanos».

Estos ensayos, unidos entre sí para dar forma a un relato sobre el mundo oscuro de la vida digital, los escribió mientras se curaba de internet «sin abandonarlo». Y tratan sobre ese proceso: «intento entender lo que hemos perdido y abordar la solitaria distopía que se alza ante nosotros». Es una especie de biografía cibernética, en la que la periodista y escritora irlandesa reflexiona, desde su propia experiencia, sobre el impacto que la cultura de internet ha tenido en la identidad de una generación crecida ya a su amparo. En ellos, nos advierte de los riesgos que conlleva una excesiva interconexión y la trampa en la que podemos quedar atrapados «si nos volvemos adictos al scroll infinito o nos obsesiona la exposición narcisista en las redes». Así, a lo largo de su viaje personal por internet y sus investigaciones sobre los fenómenos que ahí acontecen -de la escena vaporwave a las apps para ligar, pasando por las comunidades que rinden culto a la cultura del fitnes o las bebidas energéticas, «emblema de una sociedad por rendir más y a cualquier precio»; sin olvidar a personajes como Mark Zuckerberg, «un dios soso»-, la autora nos invita a reflexionar sobre nuestro propio consumo del tiempo en la red, y a alcanzar las preguntas definitivas: ¿Ha merecido la pena? ¿Qué hemos ganado y qué hemos perdido por el camino? ¿Preferimos seguir conectados, o sería prudente aspirar a la desconexión?

«Escribir me ha concedido libertad: un espacio para encontrar sentido a este mundo a través de la lengua, y para hablarle a un lector que me entiende como nunca lo harán los datos», escribe Roisen Kiberd en el último párrafo de este libro necesario.