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ÉXITO DEL CINE VASCO

Estibaliz Urresola y Jaione Camborda, triunfos históricos

La donostiarra Jaione Camborda recibió la Concha de Oro en el último Zinemaldia convirtiéndose en la primera directora vasca que se lleva el máximo galardón. (Jagoba Manterola | FOKU)

El cine vasco ha reinado en el gran circuito de festivales europeos. En el Festival de Berlín, “20.000 especies de abejas” ganaba el Premio a la Mejor Interpretación Protagonista (para la jovencísima Sofía Otero), y se llevaba también el Premio del Público y el de los Exhibidores. La ópera prima de Estibaliz Urresola Solaguren se situaba así entre las más premiadas del certamen, redondeando el carácter histórico y dejando la temporada festivalera lista para el despegue.

Hoy, después de ganar la Biznaga a Mejor Película en Málaga (y a Mejor Actriz de Reparto, para Patricia López Arnaiz), con quince nominaciones a los Goya y con un buen puñado más en el circuito de premios del Estado español, hay que considerar las “20.000 especies de abejas” de Urresola como uno de los grandes eventos cinéfilos del año.

En Donostia, “O corno” se coronaba como la primera película gallega compitiendo en la Sección Oficial de Zinemaldia y su directora, Jaione Camborda, como la primera mujer vasca de la historia en conseguir la Concha de Oro. Habían pasado cincuenta años desde que Víctor Erice, también el primer vasco en recibir un premio Donostia precisamente en la última edición, se llevara el premio por “El espíritu de la colmena” en 1973.

El triunfo de “O corno” afianza la carrera de la directora donostiarra, quien debutó en el largometraje con “Arima” (2019), premiado con la Mejor Dirección en las Nuevas Olas del Festival de Sevilla, y también la de la actriz Janet Novás, a la que conocíamos por su faceta como bailarina y coreógrafa. Hay mucho cuerpo en la película del tándem Camborda-Novás (tanto, que hubo que parar un pase en Zinemaldia por el desmayo de una espectadora), pero “O corno” es ante todo un canto a la sororidad como red de apoyo universal. Deseamos que esta Concha ayude a que no pase otro medio siglo hasta que el cine vasco vuelva a brillar en casa.