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BOBADAS ALPINAS

Everest


Confieso que he ido a ver la película Everest con la prevención habitual con la que se va a ver una película ambientada en la alta montaña y en donde ésta es protagonista. “El lugar más peligroso de la Tierra” tal como se anuncia, eso sí, descontando Siria y algunos otros, muchos más, no parece ser una frase publicitaria que atraiga a muchos alpinistas y montañeros, escarmentados ante productos tipo “Límite Vertical” y demás. El rodaje en la misma montaña ya se tuvo que suspender en la primavera de 2014 por la muerte de 16 sherpas en una gran avalancha que alcanzó la cascada de hielo, tragedia bastante más masiva que la que se presenta en el rodaje. Aún y todo, la ambientación está muy lograda, con paisajes reales y algunos de cartón piedra. Pero, seamos sinceros, cuando un alpinista va a ver una película de este tipo deja en casa su personalidad cinéfila y se conforma con una cierta verosimilitud en la acción, por lo que estamos dispuestos a una cierta “suspensión de la incredulidad” mayor de la normal, aunque la imagen de algunos personajes, como el de Scott Fischer, produzca interrogantes; personaje representado por el actor Jake Gillenhaal, que no sobrevive en esta película ni lo hizo en “Brokeback Mountain”, película que por cierto dio ideas a una conocida nuestra sobre la posible vida montañera en expediciones, grandes excursiones, etc.