2015 URR. 04 MANIFESTACIÓN EN DONOSTIA POR LA PAZ Y EL DERECHO A DECIDIR Generaciones vascas se suman para que ninguna otra sufra el conflicto Bajo el lema «Bakea, erabakia», alrededor de 6.500 personas unieron ayer en Donostia el Buen Pastor y la Paloma de la Paz para reclamar que esta sea la última generación que conoce el conflicto. Pablo Gorostiaga y Garazi Mugertza, en representación de dos épocas vascas muy diferentes, reclamaron «un futuro en paz y en libertad». Ainara LERTXUNDI DONOSTIA El 18 de julio de 1946, coincidiendo con el aniversario del alzamiento franquista, Joseba Elosegi colocó la ikurriña en lo alto de la catedral del Buen Pastor, en Donostia, por lo que fue encarcelado. Ayer, tomando como referente aquella «expresión de deseo de paz y libertad para Euskal Herria» –según remarcó la portavoz de EH Bildu, Rebeka Ubera, en la presentación de la manifestación–, cerca de 6.500 personas de ambos lados de la frontera del Bidasoa se dieron cita en este mismo lugar para reclamar que las futuras generaciones no vivan el conflicto ni sus consecuencias. La movilización se convocó tras las detenciones de Baigorri que reflejan de nuevo los obstáculos estatales al cierre del conflicto, tanto en sus causas como en sus consecuencias. Desde las escalinatas del Buen Pastor, la representante de EH Bai Anita Lopepe reafirmó «el compromiso inamovible adoptado a favor de la paz» y ensalzó «los amplios consensos políticos» logrados en Ipar Euskal Herria en torno a este objetivo. Tras las declaraciones de Lopepe y Hasier Arraiz, diferentes generaciones –desde niños en sillas hasta aitonas y amonas– recorrieron en silencio –en ocasiones interrumpido por gritos en contra de las últimas detenciones y de la represión y a favor de la vuelta a caso de los presos vascos– las principales calles de la capital donostiarra hasta la Paloma de la Paz de Nestor Basterretxea, en Sagues. Durante el recorrido se pudo ver a electos vascos como los diputados de Amaiur en el Congreso de Madrid Sabino Cuadra y Xabier Mikel Errekondo, el senador Urko Aiartza, los parlamentarios de EH Bildu Julen Arzuaga, Pello Urizar, Oskar Matute o Adolfo Araiz, representantes de Sortu como Pernando Barrena y Rufi Etxeberria, el abogado Iñigo Iruin, veteranos independentistas como Tasio Erkizia, Patxi Zabaleta y Julen Kaltzada... todos ellos junto a un buen número de expresos vascos. Desde el escenario instalado junto a la Paloma de la Paz, el exprisionero y exalcalde de Laudio Pablo Gorostiaga, junto a la joven juntera Garazi Mugertza, felicitó a Euskal Herria por «haber dado un nuevo ejemplo de dignidad, por haber demostrado una vez más qué es lo que nos hace pueblo; nuestras irresistibles ganas de hacer realidad los sueños colectivos». Ambos comparecieron en representación de dos generaciones vascas, muy diferentes entre sí, para expresar un mismo anhelo; que esta sea la última que vive el conflicto y sus consecuencias: «Aquí estamos dos generaciones unidas por una misma historia y por un mismo futuro: dos generaciones comprometidas con la misma lucha que conduce irremediablemente a la paz y a la libertad». Gorostiaga, de 73 años, quedó en libertad en marzo pasado tras haber cumplido íntegramente y a 600 kilómetros de su localidad una pena de ocho años de cárcel. Agradeció a todos por «plantar cara a aquellos que quieren seguir en el pasado eterno de la sinrazón» y por «desafiar con el convencimiento más profundo de nuestra razón y nuestros corazones a aquellos que no quieren paz ni libertad». «Nadie va a detenernos» «Cuando uno mira a través de la historia de nuestro pueblo, ve todas esas generaciones que han tenido que vivir, sufrir y padecer un estado de conflicto permanente», destacó Gorostiaga. «Un conflicto –añadió– entre las barreras impuestas y las ansias de libertad, entre los estados y el pueblo, entre el capital y las clases populares». «Y por muy difíciles que hayan sido las situaciones, por muy negras que se hayan puesto las cosas, este pueblo no se ha rendido nunca, porque es un pueblo que saber dar la cara ante quienes le niegan todo y, sobre todo, es un pueblo que sabe dar la cara ante su propia historia, porque en última instancia es ante ella ante la que debemos responder». Gorostiaga hizo hincapié en esa idea: «La Historia nos mira a cada paso; con cada paso hacemos Historia, y de todo lo vivido, de todo lo sufrido y de todo lo aprendido hemos sacado una conclusión clara y definitiva: Nada ni nadie va a detenernos. Nada ni nadie va a impedir que lo consigamos. Nada ni nadie tiene la fuerza suficiente para conseguir doblegarnos. No la tiene ahora, ni la ha tenido antes», subrayó entre fuertes aplausos. «¡No, este pueblo no se ha rendido nunca! Es un pueblo que se ha ganado su propia dignidad y el derecho a un futuro en libertad. Euskal Herria ha sido, es y será digna de merecer un futuro en paz y en libertad», exclamó Gorostiaga. Mugertza, por su parte, remarcó que su generación «nació en medio de un conflicto», por lo que propuso que «seamos la que, tomando decisiones propias, le pongamos fin». «Joseba Elosegi llevó la proclama a favor de la libertad hasta el vértice del Buen Pastor. A Pablo Gorostiaga lo encarcelaron por trabajar a favor de la paz tanto desde las instituciones como en la calle. Todas las generaciones anteriores que lo dieron todo a favor de la paz confluyen ahora en nosotros. Somos ramas de un mismo tronco. No queremos darle la espalda a todo a aquello que soñamos. Hemos decidido vivir en paz y en libertad y nada nos hará cambiar. Lograremos todos nuestros sueños», incidió. EH Bildu recoge el guante del PP y le ofrece abrir diálogo «privado o público» Antes del inicio de la marcha, Hasier Arraiz (EH Bildu) acusó recibo de la apertura escenificada por Arantza Quiroga (PP) el viernes en el Parlamento. Arraiz dijo que «son palabras novedosas que no estamos acostumbrados a oír» y le planteó abrir un diálogo privado o público desde la premisa de que «la paz no se hace con los amigos, sino con quien está enfrente». Consideró que es importante buscar acuerdos, «por pequeños que sean». «Podemos estar ante un nuevo escenario y EH Bildu está preparada para afrontarlo», concluyó Arraiz.