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Ponencia de autogobierno

La Ponencia intentará llegar hasta un acuerdo de bases políticas

La Ponencia de Autogobierno intentará llegar en esta legislatura a un acuerdo de bases políticas. Sus promotores no han dejado que haya tiempo para más. Sobre ese acuerdo, si se alcanza, podría buscarse el texto articulado de un nuevo estatus, pero eso quedaría para el próximo Parlamento. De momento, cada grupo analizará los textos del resto.


Lo máximo que se puede esperar de la Ponencia de Autogobierno del Parlamento de Gasteiz es que antes de que eche la persiana a finales de junio pueda alcanzar algún acuerdo sobre unas bases políticas con el que en la próxima legislatura se podría trabajar en un texto articulado de nuevo estatus para la CAV. Ahí ha fijado su objetivo el PNV, según apuntó ayer Joseba Egibar, y por lo que se ve a EH Bildu no le parece mal. El PSE insiste en pedir al Gobierno de Urkullu un texto articulado para no debatir sobre inconcreciones, pero sabe perfectamente que el calendario no lo permite. PP y UPyD están fuera de juego en este caso.

El pasado martes acabó el plazo para que cada grupo presentara un documento de valoración de lo que ha supuesto el Estatuto del 79 hasta la fecha y de propuestas para el futuro. La Ponencia de Autogobierno volvió a reunirse ayer para poner en común esas opiniones y ver cómo avanzar en sus trabajos.

A propuesta de la presidencia, que ostenta la jeltzale Jone Berriozabal, se aceptó que los partidos analicen los textos elaborados por el resto de miembros de la Ponencia y determinen en qué puntos cree cada cual que puede haber un acuerdo, y qué propuestas son para ellos inasumibles.

La próxima reunión se ha convocado para dentro de tres semanas, el 3 de febrero, y allí se comenzarán a debatir los documentos, empezando por el grupo menor y siguiendo en orden ascendente. Primero, por tanto, se hablará de la propuesta de UPyD y luego se continuará con PP, PSE, EH Bildu y PNV. No se han determinado ni plazos ni tiempos, por lo que no se sabe cuántas reuniones puede ocupar esta primera fase.

Distintas actitudes

En cualquier caso, la jornada de ayer ya sirvió –dentro y fuera de la reunión celebrada a puerta cerrada– para comprobar que existen actitudes muy distintas a la hora de acometer este debate. PNV y EH Bildu dan muestras de querer abordar siquiera esta fase inicial del debate. El PSE tiene la mente puesta en Madrid y adopta en el Parlamento una táctica dilatoria que pasa por una parte pedir a Lehendakaritza que presente un texto articulado para debatir sobre cosas concretas, mientras por otro lado sostiene que lo mejor sería abordar esa mejora estatutaria después de que se concrete en Madrid una reforma constitucional, para saber así qué será legal y qué no de las propuestas que se hagan.

Al PP este debate no le interesa en absoluto. Cuando en la anterior reunión, celebrada el 28 de octubre de 2015, se decidió que los partidos debería presentar sus documentos antes del 29 de diciembre y reunirse ese día, su portavoz Borja Sémper reclamó que los plazos fueran más cortos. Cuando se acercaba la fecha límite, pidió una ampliación, puesto que con la campaña electoral de por medio no le había dado tiempo de redactar el escrito. Por fin, el martes presentó un documento de generalidades, en el que el PP asegura que no ve urgencia alguna por reformar el sistema de autogobierno. Y ayer acusó al PNV y EH Bildu de compartir una estrategia de dilación y de evitar concreciones para al final llegar a un acuerdo entre ellos.

Gorka Maneiro ni siquiera compareció ante la prensa tras la reunión.

Bilateralidad o unilateralidad

Joseba Egibar, por parte del PNV, destacó que su partido ya ha empezado a analizar los documentos del resto de grupos y dijo ver en algunos «vértigo a la concreción». En cuando al PSE, avisó que observa también la presentación de «cortafuegos» para evitar entrar en debate. Defendió la realidad nacional de Euskal Herria y el derecho a decidir, entendido como «principio democrático». En cuanto a la disyuntiva bilateralidad-unilateralidad, señaló que «a la unilateralidad no se va, te llevan. Y el ejemplo es Cataluña, que ha visto la vía de la negociación cerrada por el Gobierno español. Negarse a negociar abre la puerta a la unilateralidad».

Pello Urizar, de EH Bildu, señaló que no han concretado su propuesta hasta la última coma para poder buscar acuerdos. Apuntó que también su grupo prefiere un proceso bilateral como en Escocia o Quebec, «pero si se niega la bilateralidad, no tenemos que esperar a ver qué hace el Estado, sino actuar desde aquí de forma unilateral».