2016 URT. 28 Fútbol internacional Las gafas de Klopp no son chinas El fútbol del país asiático paga un traspaso récord al Chelsea por el brasileño Ramires y el United anuncia un canal exclusivo sobre el club en aquellos lares. Joseba VIVANCO Gervais Yao Kouassi nació un 27 de mayo de 1987 en un pequeño suburbio pobre de Abidján, Costa de Marfil. Sus tiernas dotes para el balón le llevaron a la academia ASEC Mimosas de donde, entre otros, salieron los hermanos Touré y Salomon Kalou. Sin siquiera debutar en la liga de su país, el Beveren –Bélgica es el paraíso de entrada a Europa de jóvenes promesas que demasiadas veces terminan su odisea en el infierno– lo reclutó con apenas 17 años, edad a la que ya un entrenador, dicen, le puso el apodo nada africano de ‘Gervinho’. Y allá se fue, sin problemas de fronteras ni visados, ni requisa de joyas en la aduana, hasta que en 2007 el Le Mans francés –por donde pasó también Didier Drogba– requirió de sus servicios, dos años después el Lille haría lo propio, de ahí fichaje estrella para el Arsenal en donde no cuajó y recaló en una Roma en la que acaban de darle el billete de ida rumbo al fútbol chino, en concreto al recién ascendido Hebei China Fortune, a cambio de 15 millones de euros. Pero nada parecido al fichaje ayer del todoterreno brasileño Ramires, del Chelsea, que con 28 años dice adiós al fútbol de elite a cambio de ¡33 millones de euros, récord del fútbol chino! Gervinho que dice ciao a los Giallorossi, a cuyas filas llega en condición de prestado hasta final de temporada otro jugador con más pasado que futuro. Hablamos del ‘pequeño faraón’ Stephan El Shaarawy, 23 años, que tras su desaprovechada cesión en el Mónaco ahora el Milan se lo ha empaquetado a los romanistas, que siguen sin levantar cabeza ni siquiera con la llegada al banquillo de Luciano Spalleti. A Gervinho muerto, El Shaarawy puesto. El mercado invernal de fichajes está en pleno apogeo y ante la falta de primeras espadas, algunos clubes hacen malabares para llevarse algo a la boca. Como el Crystal Palace inglés. Los Eagles acaban de fichar, libre, hasta fin de curso, al togolés Enmanuel Adebayor, 31 años, al que tras desvincularse del Tottenham en setiembre le hacíamos tratando de deshacer el mal de ojo de su madre a la que acusó de practicar la ‘brujería negra’ con él. En fin, que ‘Manolo’ permanece en Londres, esta vez para ayudar a un Crystal Palace que marcha 11º en la Premier y tiene entre sus otros delanteros a otro ‘clásico’ con más pasado que futuro, el marroquí Marouane Chamakh, que asombró en el Burdeos, fracasó en el Arsenal, pasó brevemente por el West Ham y recaló en un Palace donde no ha marcado esta campaña. Ya solo les falta fichar al danés Niklas Bendtner. Alexandre Pato, al Chelsea Racha de goles que sí había cogido el hispano-brasileño Diego Costa en el Chelsea, hasta su lesión muscular estos días. Así que los Blues se han fijado en otro ilustre ariete que prometía el cielo y acabó regresando a su Brasil de origen para enderezar su fútbol. Parece un hecho que Alexander Pato recala en el club londinense donde espera triunfar toda vez que no se topará con Bárbara Berlusconi, la hija de don Silvio, dueñísimo del Milan, a donde el chaval llegó con solo 17 años a cambio de 22 millones de euros. Pato entremezcló buenas actuaciones con su idilio con la hija del ‘jefe’, que dejó a su marido para liarse con el jugador. Su romance duró dos años, justo hasta que él volvió a Brasil con una modelo brasileña y ella a los brazos de un ejecutivo italiano de nombre Pietro. Era 2013, y ahora, con 26 años, desde el Corinthians, regresa cedido a Europa tras rechazar una suculenta oferta... de China. De allí, una multinacional de lámparas china será la nueva patrocinadora de la Segunda portuguesa, con la obligación de que haya técnicos y jugadores orientales en los mejores clubes. La que no se mueve es la última perla argentina, el sucesor de Leo Messi como incluso decía el propio ‘10’ y con el que, curiosamente, nunca ha coincidido siquiera en la selección albiceleste. Hablamos del juventino Paulo Dybala, el único que a día de hoy roba portadas a Gonzalo Higuaín en la Serie A. Y dentro de tres jornadas se verán las caras. «Estaría feliz de ser un poco como Messi, porque ser como él sería difícil», ha dicho estos días a ‘‘Corriere dello Sport’’. Y añade: «Vine a la Juventus con la cabeza baja para aprender. No esperaba tener 14 goles a estas alturas». Lleva 12 en el campeonato y todo con su prodigiosa zurda, la más letal de entre las grandes ligas europeas. Y cada vez que marca saca la lengua. Como este pasado fin de semana. El astro argentino también se está distinguiendo por su creatividad productiva y, con 7 asistencias, ha marcado o dado la mitad de los 38 goles de su club en la presente liga italiana. Desde luego, el gran momento de Dybala ha sido crucial para la excepcional racha reciente de la Vecchia Signora, que el domingo amplió a 11 sus victorias ligueras consecutivas tras su triunfo en casa sobre el Roma. Pagaron por él 40 millones y la Juve no lo vende ni por todos los yenes del mundo mundial. Como lo es Higuaín, otro gol incluido, para un Napoli que le ganó 2-4 a la Sampdoria en su mano a mano con la Juventus. Y de paso, su técnico Mauricio Sarri hizo las paces con su homólogo Roberto Mancini, del Inter, que le acusó de llamarle «maricón» en el último partido de la Coppa italiana. «Sí, es un error», admitió el napolitano. Como ‘castigo’ aceptó, en un programa de televisión, salir ante la ‘Samp’ este pasado fin de semana con una bufanda como las que luce Mancini y el texto del Padre Nuestro en varios idiomas. Dicho y hecho, cumplió con el reto, Roberto asumió las disculpas, dijo no tener nada contra Sarri, pero sí que aceptaba a Higuaín si se lo dejaba. Y es que su Inter fue incapaz de ganar ante el modesto Carpi, con gol visitante obra de un jugador apellidado Lasagna, que hace cuatro años militaba en la sexta división... y es tifoso interista. «Hoy hubiera marcado hasta yo», se quejó luego Mancini de la falta de puntería de un Inter en el que la última vez que marcó un jugador italiano fue ¡en noviembre de 2014! Donde los partidos plenos de goles se han vuelto habituales es en la Premier. Tras aquel 3-3 del Newcastle-United del 12 de enero, ha habido otros marcadores espectaculares que han tenido su colofón en el 4-5 que vivimos pegada la nariz al televisor en Carrod Row, entre Norwich y Liverpool, con 3-4 al minuto 90. Premier en estado puro, imprevisible, al que la llegada de gente como Jurgen Klopp le añade esa sal en los banquillos que alimenta el espectáculo. El abrazo con sus jugadores forma ya parte de las imágenes de la temporada, sus gafas rotas, del museo del fútbol inglés. «Tengo otras en casa, pero es difícil encontrarlas ¡sin mis gafas!», lo tomó con humor The Normal One, al que sería raro que alguna marca de binoculares no llamase a su puerta. El alemán es la nueva imagen de la cerveza Warsteiner, lo que le reportará beneficios a su faceta más publicista, ya que presta su figura a Opel, Puma, DVAG (ventas financieras), Philips, Skiclub Kampen y Luxottica. No hay gafas chinas. Van Gaal dimite y le dicen no Éxito mediático del alemán al que le ayuda en su país que su mujer sea una conocida escritora de cuentos, pero relativamente discreto en lo deportivo. Leicester y Tottenham han sido los dos únicos equipos entre los seis primeros que vencieron este fin de semana. Los ‘zorros’ son líderes con tres puntos de ventaja sobre Arsenal y City mientras que los Spurs están a solo dos puntos de ese dúo perseguidor. Los de Arsene Wenger volvieron a tropezar, 0-1, con su bestia negra, el Chelsea, con o sin Mourinho. 20 años lleva el alsaciano en el banquillo de los Gunners, tiempo en el que los Blues han cambiado 13 entrenadores, y el Arsenal ha ganado solo cinco de sus últimos treinta enfrentamientos ante el club de Roman Abramovich. Donde las aguas –y hasta los ratoncillos se aventuran a saltar al césped del mítico estadio– bajan revueltas es en Old Trafford. Esta semana el United cayó en casa ante el Southampton. 35 tiros a puerta han hecho los Red Devils en casa hasta la jornada 23, la peor puntuación en la era Premier League, y suma 3 puntos menos que en la temporada de David Moyes. Así que Louis van Gaal, silbado en su paseíllo a vestuarios, presentó su dimisión, se fue a celebrar el cumpleaños de una de sus hijas a Holanda, y a la vuelta el United le ha pedido que siga. La bomba la dio ayer el ‘‘Dailly Mirror’’ al asegurar que el galés Ryan Giggs, su segundo, se ha postulado como su relevo. Pep Guardiola llevaba razón: «El mundo actual no necesita estrellas, sino ejemplos». Y a todo esto, el United lanzará en China un canal de televisión exclusivo sobre el club. Ni hâo.