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GUTUNAK

Ocupaciones y gaztetxes


Tolosa, como muchos pueblos de Euskal Herria, tiene su propia historia de ocupaciones de locales por diferentes movimientos sociales. Conviene hacer memoria y recuperar la historia, nuestra historia como pueblo.

Las ocupaciones no empezaron en la época de Bildarratz como alcalde, sino mucho antes. En la década de los 80 un nutrido grupo de jóvenes ocuparon Aranburu Jauregia, edificio en desuso en aquellos años. Eran jóvenes ecologistas, feministas, el Teatro-Zirko, grupos de música, asamblea de jóvenes, grupo de liberación gays y lesbianas, una radio libre... Allí se formo la Asamblea Batxurizarpa Tipi Tipa y se montó la radio libre del mismo nombre, que empezó a emitir programas con la aportación de todos los grupos.

Las puertas de Aramburu Jauregia se cerraron desde el Ayuntamiento cuando se hizo el proyecto de la actual biblioteca. Pero la ocupación duró un tiempo y aquella asamblea de jóvenes desarrolló un proyecto autogestionario y participativo precioso.

En las siguientes décadas, y bajo alcaldes y gobiernos locales de diverso signo, siguieron dándose ocupaciones intermitentemente. Fueron ocupados el cine Igarondo, la casita del Archibo, los bajos del actual Topic, antiguo euskaltegi, el edificio antiguo de los bomberos en la Alhóndiga...

Y llegó la época de Antton Izagirrre en la alcaldía y también hubo otra ocupación. Esa ocupación hoy día sigue vigente y es respetada y defendida por todo el mundo. Es motivo de orgullo para Tolosa contar con Bonberenea en estos momentos, pero cuando se dio la ocupación, también se creo alboroto y desde diferentes grupos políticos se pedía el derribo con mucha insistencia. Parece que algo se gestionó bien, porque Bonberenea sigue en pie y es un referente en toda Euskal Herria y seguramente más allá.

Ahora como antes, la juventud busca un espacio donde desarrollar y compartir inquietudes. Ahora como antes, son jóvenes del pueblo. Aquellas y aquellos que ocuparon Aranburu y otros locales en su día son maestras y maestros, trabajadores y trabajadoras del metal, sindicalistas, artistas, pensionistas... hasta algún alto cargo de Lakua.

Demos, pues, una oportunidad también a esta generación.