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Europa League

Un OM que remata mucho pero le cuesta hacer goles

Equipo ofensivo, frágil en defensa, apenas juega el balón en largo, flojo en los duelos aéreos y cuyos jugadores recrean más regates que el Barcelona.


El jefe médico del Olympique de Marsella, Christophe Baudot, considerado uno de los mejores en su especialidad a nivel europeo, ha anunciado que dejará el club a final de campaña, una noticia desvelada por la prensa francesa y ligada a las desaveniencias con el técnico Michel. Y es que el español no consigue enderezar la nave marsellesa, tanto que hace unos días se quejaba de que él no es Harry Potter y no tiene una varita mágica. El empate a domicilio este fin de semana ante la revelación Niza ha reforzado el dato de que lejos del Velodrome –ocho partidos seguidos sin perder en Ligue 1– se muestra más fuerte que en casa, donde los cánticos de «¡Bielsa, Bielsa!» son ya una constante.

El once formado por Mandanda, Djedje, Nkoulou, Ekih, Manquillo, Lass Diarra, Mauricio Isla, Alessandrini, NKolou, Cabella y Batshuayi es un muy definido 4-2-3-1 que formó en la última jornada y es previsible –salvo el lesionado Djedje– que sea el que salga ante el Athletic. Un conjunto que no gana en su feudo desde el 13 de setiembre, con un buen guardameta, una defensa que es su punto débil, un estibador como Diarra en la medular para hacer el trabajo sucio y en ataque, cuatro jinetes liderados por su goleador, el belga Batshuayi.

El OM es un equipo ofensivo, pero al que le cuesta un triunfo transformar ese descaro en goles. En Ligue 1 promedia nada menos que 13 remates por partido –9 es la del Athletic–, pero suma 36 en 26 encuentros. Un dato revelador: su artillero Batshuayi lleva 12, necesita 7,4 disparos para hacer gol; Aduriz lleva 13, uno cada 5,3 remates.

Estamos ante un conjunto muy irregular, quizá ha mejorado en los últimos partidos, pero que puede sufrir mucho con la elevada presión e intensidad del Athletic. Le gusta la posesión, tanto que es el cuarto equipo de la Liga francesa que menos recurre a los balones largos. Quizá porque eso es de los que menos duelos aéreos gana, lo que es una ventaja para los bilbainos. En cambio, es el que más centros pone al área, una media de 25 por partido.

Otro apunte, los datos estadísticos revelan que suele volcar su ataque por banda derecha, pero luego finaliza la mayoría de remates por la izquierda del habilidoso Nkolou. Por cierto, es el equipo de las cinco grandes ligas europeas que más regates recrea por encuentro, por delante del propio Barcelona, Bayern, Juventus y Everton. Quizá un poco como es este Marsella venido a menos, con más florituras que peligro real.