2016 API. 07 Fútbol internacional No nos despierten El Leicester necesita cuatro victorias en seis jornadas para ser campeón justo cuando el Napoli cede en su disputa con la Juventus. Joseba VIVANCO En Ned Ludd –seguramente un seudónimo para evitar represalias–, un trabajador del condado de Leicestershire que incendió varias máquinas textiles en protesta por la represión laboral, allá en 1779, se inspiró el movimiento ludista que luego en Nottingham, en 1811, tomaría las calles en las manifestaciones obreras que plantaron cara a la primera Revolución Industrial. Dos siglos después, los Forresters lograron desde la nada algo irrepetible, de la mano del mítico Brian Clough, como fue ascender a la máxima división del fútbol inglés y en las dos temporadas posteriores levantar sendas Copas de Europa. Fue en los años 1979-80. Casi tres décadas después, los Foxes del Leicester pueden emular otra hazaña no menos revolucionaria. Están a cuatro victorias en seis jornadas –tanto que pueden permitirse el lujo de perder en sus visitas a Old Trafford y Stamford Bridge– de proclamarse campeones de la Premier League. Justo hace un año, a primeros de abril, el modesto club junto al río Soar ocupaba la posición de colista de la máxima división inglesa. A día de hoy, Schmeichel, Danny Simpson, Wes Morgan, Huth, Fuchs, Riyad Mahrez, N´Golo Kanté, Drinkwater, Albrighton, Okazaki y Vardy, ellos son la legión que comanda el centurión Claudio Ranieri, artífice de este milagro que lidera la Premier. Ellos son los héroes del partido a partido, tanto que han ganado por 1-0 en cinco de las últimas seis jornadas, tanto que cada gol de la victoria en el King Power Stadium se festeja con la intensidad de un movimiento telúrico. Como esta jornada, ante el complicado Southampton de Ronald Koeman, 1-0, gol del capitán Morgan... nacido en Nottingham, y a soñar despiertos tras el 1-1 del Tottenham de Mauricio Pochettino en Anfield. Leicester se frota los ojos. Llora de alegría. «Las ilusiones pueden ser muy poderosas», sostenía Lawrence de Arabia. Antes del encuentro, el mandamás del club, el magnate tailandés de impronunciable nombre, fue agasajado y aclamado por los más de 20.000 fans de los ‘zorros’ y éste les dispensó con cerveza y donuts gratis. Después, Ranieri volvió a invitar una vez más a pizza a sus muchachos. Impotente el Tottenham se aleja ya a 7 puntos, a pesar de un nuevo gol, y van 22, de Harry Kane, y le acecha un Arsenal que goleó 4-0 y ve despuntar a otra más de esas promesas que están surgiendo en la Premier este curso, el nigeriano Alex Ibowi, que volvió a marcar, como se frotan las manos con sus emergentes valores en Old Trafford, tanto de la victoria del holandés Martial –gol 1.000 el equipo en Premier– en una jugada fabricada por otros dos menores de 21 años, Rashford y Fosu-Mensah. Grada Sir Bobby Charlton Pero el protagonismo en el ‘Teatro de los Sueños’ fue para todo un veterano, nada menos que el legendario Bobby Charlton, máximo goleador mancunian, 249 goles en 758 partidos y capitán de la Inglaterra campeona del 68. North Road, el primer estadio de los Red Devils (de 1878 a 1893) no tenía vestuarios, y los jugadores se cambiaban ¡en un pub cercano! Hoy, es verdad que Old Trafford necesita un lifting, pero mientras, a los 60 años del debut de Sir Bobby, rebautizó su grada más antigua, South Stand, con el nombre del mítico futbolista, que saludó desde el círculo central. Por cierto, durante sus veinte años de trayectoria, jamás fue expulsado. Un caballero del fútbol, un señor, un Sir. Un United que pugna todavía por un puesto en la Champions lo mismo que un City que ganó 0-4. Muy lejano le queda ese premio a un Chelsea que goleó fácil a un desahuciado Aston Villa, con debut y gol desde los once metros del brasileño Alexander Pato, mientras el ‘cafetero’ Radamel Falcao, que cobra 185.000 euros semanales, veía por enésima vez el partido desde el banquillo. Ese en el que tras la Eurocopa se sentará el actual seleccionador italiano Mario Conte, anunciado esta semana como nuevo técnico de los Blues para las tres próximas temporadas. Tras Pep Guardiola, ahora ya solo falta José Mourinho –que habría pedido un compromiso escrito al United– con permiso de un Louis van Gaal que, de momento, dice seguir planificando la próxima campaña en Manchester. Sueñan en Leicester y hacen lo propio en una estratégica ciudad al sur de Rusia, a orillas del río Don, enclave de encarnizadas luchas entre bolcheviques y mencheviques, arrasada dos veces por las tropas nazis... origen del ‘carnicero de Rostov’ que asesinó a más de medio centenar de personas entre 1979 y 1990... Hablamos del FC Rostov, nuevo líder de la Premier rusa, con un punto de ventaja sobre el CSKA, y con Lokomotiv y Zenit al acecho. Ocho jornadas por delante para el equipo que ha reflotado un viejo conocido de los banquillos como es Kuban Berdyev, sí, ese mismo al que hemos visto incluso en el Camp Nou con un rosario en sus manos, y que si gana el título no es de extrañar que vuelva a viajar a La Meca como hiciera cuando ‘campeoneó’ al Rubin Kazan. Donde la bonita historia de un soldado enamorado se desinfla es en Italia. La Juventus, con un solitario gol, ganó, lo que no es noticia, pero sí que el Napoli cediera y saliera derrotado y escaldado de su visita al Udinese. El golazo de Gonzalo Higuaín –30 en 31 jornadas, bárbaro– no sirvió de nada, porque incluso acabó expulsado al volverse loco ante el colegiado –también su técnico Sarri– y le han caído cuatro partidos de sanción. Los partenopeos están ahora a seis puntos del liderato y encima ven de reojo cómo una Roma lanzada se pone a cuatro puntos de la segunda plaza. Faltan ocho jornadas y un Roma-Napoli. Los romanos ganaron en el esperado derbi capitalino. 1-4. La Lazio, 6 clásicos seguidos sin ganar, a 21 puntos de la Roma. Roma e giallorossa. ¡A Roma c'e solo la Roma! Los tifossi laciales acudieron a la ciudad deportiva a encararse con los jugadores, donde fueron recluidos como castigo por su entrenador. También le sucedió a la plantilla del Milan, tras perder 2-1 ante el Atalanta, feo tributo para honrar la memoria del fallecido Cesare Maldini. «Todos concentrados hasta el sábado», cargó su técnico Mihaijlovic. Y la compañera del portero Diego López le contestó en Istagram: «¿Cómo le explico a mi hija que su papá no va a venir a contarle el cuento de todas las noches porque todo el equipo está castigado por perder ayer?»... El fútbl, esa cosa más importante de las menos importantes. ¿Último derbi de Totti? En las henchidas filas de la Roma, en cambio, la hinchada colapsó el barrio de Testaccio, el que albergó el primer estadio del club. ¿Todos contentos? Todos no. Francesco Totti, que se dicen se habría ofrecido a jugar gratis la próxima campaña, ya con 40 años, vio el derbi desde el banquillo. Ni un minuto de gloria. Pero en la Roma ya saben que al menos el brazalete tiene sustituto. Ese es Alessandro Florenzi, primera capitanía esta jornada y gol. Desde los 11 años en la cantera giallorrosa. Corrió y se abrazó a Totti y De Rossi, los otros capitanos. Es romano, como ellos, origen humilde, procedente de un pequeño barrio a las afueras que conduce al cercano puerto de Ostia, la que fuera principal vía de entrada a la urbe gracias al emperador Claudio. Como Ranieri, que se inició como futbolista en la Roma. Todos los caminos conducen a la Ciudad Eterna. Todos los caminos conducen al fútbol. Lo sabe el Glasgow Rangers ahora renombrado The Rangers FC, que, cuatro años después de su descenso administrativo a los infiernos, acaba de recuperar la máxima categoría del fútbol escocés y el próximo curso de nuevo un Old Firm. «El pasado es historia, el futuro un misterio, el hoy es un regalo, por eso se le llama presente» (‘V de Vendetta’). Y el fútbol es presente. «Por favor, no nos despierten», ha suplicado Claudio, emperador de Leicester. RANIERI, SUS CLAVES«Da esperanza a los jóvenes jugadores a los que les han dicho que no son suficientemente buenos. Si Vardy puede hacer esto, si Kanté puede hacer esto, tal vez también yo puedo. ¿Qué se necesita? ¿Un gran nombre, un gran contrato? No. Sólo hay que mantener una mente abierta, un corazón abierto, una batería llena y correr libre».