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DOMINION BILBAO BASKET

Cruel despedida para Raül López

Un triple desde 20 metros de Sastre dejaba a Bilbao Basket fuera de los play offs y precipitaba la retirada definitiva del base de Vic.


DOMINION B. BASKET 72

CAI ZARAGOZA 73

 

«El mago se va. Su magia se queda», se leía en una pancarta. «Eskerrik Asko! Raül 31», en los aplaudidores. Una «Ü» y un número 31 engalanaban el parqué de Miribilla. Todo porque ayer era el día. Los que tuvimos el placer de ver a Raül López antes incluso de convertirse en el capitán de «los juniors de oro», nos sentimos viejos al ver cómo un pabellón como el Bilbao Arena se levantaba y homenajeaba al mago de Vic, un prestidigitador que dejará sus esencias para cuando el gusanillo del basket le pique en sus ratos libres, pero que nunca lo abandonará.

Fueron 20 minutos en los que nadie, o casi nadie, se movió. Previo a ello, un aplauso en el minuto 31, conmemorativo al dorsal del base catalán, quizá excesivamente «futbolero», pero repleto de buena intención.

Pero lo grueso y cruel había acaecido antes. Las lágrimas de Raül López, emocionado, destilaban un poco de rabia, porque minutos antes, un triple de Joan Sastre desde 20 metros había evitado el Extended Play para el de Vic. La despedida fue conmovedora; en buena medida, porque había resultado definitiva. Lo tiros libres errados primero por el propio Raül y luego por Mumbrú, más el «milagro» de Sastre, que lanzaba sin impulso, ante un Bertans que casi le robó el balón, dejaron un desenlace cruel, pero que al mismo tiempo daba mayor autenticidad al homenaje al mago de Vic.

Cómplices

UCAM Murcia y Barcelona cumplieron con los condicionantes de la victoria en una jornada con muchos cómplices. Porque en el videomarcador de Miribilla complices como los hermanos Gasol, Navarro, Llull, Garbajosa, Banic, Mumbrú, Dairis Bertans, Hervelle... despedían a un Raül López conmovido, ante un público también emocionado, dando cierto aire de despedida amarga pero no triste a un final cruel como pocos.

Tras llegar 36-33 al descanso, el parcial de 18-9 en el tercer cuarto aclaraba el camino bilbaino. La atmósfera no dejaba de ser rara, con jugadores algo revolucionados –el propio Raül López quien menos–, el acierto fue decayendo, aunque Tobias Borg y Mumbrú lograban sumar para un Bilbao Basket que aún se temía alguna de sus «pájaras» del último período.

Debió salir Raül López, en pleno minuto 31 y ovación, para templar gaitas. Repartía hasta 9 asistencias, llegando a poner a Bilbao Basket 68-53, mientras el CAI sobrevivía con dos triples del joven base Sergi García.

Pero la pájara llegó. Jelovac, que dedicó un corte de mangas a la grada y casi provoca una tangana, empataba a 70 con dos triples. Bilbao Basket aguantó la embestida, y aunque erró dos tiros libres, parecía salir airoso al ponerse 72-70 a 2,8 segundos... Hasta que Sastre demostró que el basket no tiene corazón, a diferencia de los aficionados.

«Me he sentido muy querido, como en ningún lado. Es muy importante saber retirarse a tempo y ha llegado el momento», resumía Raül con la voz encogida, en un fin de fiesta que lograba apaciguar el disgusto de la inesperada y cruel derrota.