2016 UZT. 16 IKUSMIRA Cuando al pez «grande» se le indigesta el chico Arantxa Manterola Periodista Siempre me ha costado entender la percepción que tiene buena parte de la izquierda francesa, sobre todo la de inspiración comunista, de las minorías y, más concretamente, de las nacionales. Las generaciones de la inmediata posguerra siguen empeñadas en asimilar prácticamente todos los proyectos nacionalistas con aquella ultraderecha de la época y, sin grandes miramientos –ni conocimientos dicho sea de paso–, enseguida dan el salto de asociar automáticamente nacionalismo a nazismo. He debatido muchas veces con militantes y sindicalistas franceses &dcTwo;de ese tema y bien es cierto que cuando se lo han planteado y han reflexionado sobre la cuestión, esa percepción, cuando menos respecto al abertzalismo vasco, ha ido cambiando. Por supuesto, ellos no reconocen ser nacionalistas (¡faltaría plus!) aunque a menudo los partidos a los que votan o los sindicatos en que cotizan son tan jacobinos como el propio FN que –se dice– ha engordado entre otros gracias al apoyo de excamaradas suyos. Pero no voy a meterme en esos lodos que no soy socióloga y no quiero caer en el paralelismo facilón que les reprocho. Lo que me ha dejado atónita es ver que, después de tantos años, seguimos en las mismas. ¿A qué viene ahora la CGT con que las candidaturas de LAB deben ser anuladas? ¿Dónde está esa democracia de la que presumen? ¿Dónde ese sentir de izquierda sobre todo después de tantas luchas conjuntas en Ipar Euskal Herria? ¡Es que flipo! Y me consta que muchos de sus miembros vascos están flipando tanto o más aún que yo.