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GUTUNAK

¡Que no jueguen con la opinión pública!


Soy una de las casi 5.000 trabajadoras de residencias privadas de Bizkaia que estamos llamadas a la huelga. Quiero mostrar mi adhesión a las declaraciones del Diputado general de Bizkaia, asegurando que va a garantizar la dignidad de los ancianos y las ancianas de las residencias. Solo le pediría que su compromiso no se limite a los días de huelga y que lo haga extensivo al resto del año.

Porque, precisamente, nuestro objetivo es lograr unas condiciones de trabajo dignas que nos permitan ofrecer una asistencia de calidad. Y dentro de esa asistencia de calidad, disminuir las cargas de trabajo incrementando el ratio de gerocultoras por anciano es una de nuestras reivindicaciones principales.

Que un anciano disponga solo de cuatro pañales al día o tenga que orinarse encima por no tener quien le atienda es habitual en las residencias de Bizkaia... todos los días. Que a las auxiliares nos cronometren el tiempo para afeitar, asear, bañar, dar de comer, recoger la habitación... ocurre todos los días. Que en el turno de noche haya solo una gerocultora para dos plantas ocurre todos los días. Que dos personas, en 2,5 horas, tengan que dejar cenados y acostados a 23 ancianos y ancianas, válidos y no válidos... es habitual.... todos los días. ¿Es esa la dignidad de nuestros ancianos y ancianas que defiende el señor diputado?

Y mientras nosotras andamos a la carrera, trabajando 24 horas 365 días al año por poco más de 1.000 euros, sin compensación en las bajas, hay residencias privadas que reconocen unos beneficios anuales de más de un millón de euros.

Hablan de dignidad de los ancianos... Si alguien está luchando por ella somos nosotras y sus familias. En este sentido, aprovecho para agradecer el apoyo que estamos recibiendo de tantas familias que ven y sufren día a día el deterioro de la calidad asistencial de las residencias privadas de Bizkaia.

Señor diputado: estamos en lucha por nuestra dignidad laboral, sí, pero también por la dignidad personal y calidad asistencial que reciben nuestros ancianos y ancianas. Todos los días. Si de verdad le preocupan, siéntese a hablar con nosotras y pongamos fin a un conflicto que dura ya demasiado. Si no, sus palabras quedarán en mera demagogia.