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Luis Ortiz acude por fin al juzgado a reivindicar la veracidad de su relato

El miliciano Luis Ortiz acudió ayer al juzgado a declarar como testigo en el marco de la querella argentina por los crímenes del franquismo. Le preguntaron sobre hechos que no presenció, pero apreció la citación, señal de que «algo se está moviendo». Se ha propuesto «morir con las botas puestas» y denunciar «los desmanes que se cometieron» en la Guerra del 36 y durante el régimen. A sus casi 100 años avisa: «Me he embalado y no me van a parar ahora».


Había esperado mucho tiempo, demasiado, para que un juez le tomara declaración sobre los horrores vistos y vividos. Luis Ortiz Alfau (Bilbo, 1916), acudió ayer al Juzgado de Instrucción número 1 de la capital vizcaina, donde había sido citado para comparecer como testigo en el marco de la querella argentina que instruye desde el otro lado del océano la jueza María Servini para investigar los crímenes del franquismo.

El próximo 13 de octubre Ortiz cumple un siglo de vida, luego es lógico pensar que a sus espaldas tiene muchos episodios que contar. Los conserva además al detalle en esa cabeza que mantiene tan activa y lúcida. No se guarda nada; todo lo contrario. Tal y como afirmó en la puerta del juzgado, «me he propuesto en mi última etapa de la vida seguir adelante y morir con las botas puestas para que se sepa lo que ocurrió. Durante mucho tiempo no se podían denunciar esas cosas pero ahora que me lo han preguntado me he embalado y no voy a parar».

Pese a ser María Servini quien instruye el caso, fue otra jueza quien le tomó declaración. Según contó Ortiz a GARA, fue preguntado por otras víctimas fallecidas en el año 37 en distintos lugares del Estado español, algo sobre lo que no pudo aportar porque «yo entonces estaba luchando en la guerra en el norte». «Yo solo puedo hablar a partir del momento en que me detuvieron, en el 39».

También le preguntaron si tenía «algo que reclamar». «Le he dicho que yo no quiero nada. Además, ¿a quién le voy a reclamar? Yo lo que quiero es que se sepa lo que ocurrió», afirmó.

La toma de declaración se prolongó unos veinte minutos, insuficiente para todo lo que este hombre tiene para contar: bombardeos como el de Gernika, palizas a presos, «injusticias y barbaridades» que vio en el batallón de trabajadores de Babilonia, en Oiartzun, entre otros. Según adelantó, Servini, a quien Ortiz envió una caja «con cinco kilos de documentación», tiene previsto hacer un viaje al Estado español en octubre, y espera que contacte con él para que recoja este valioso relato, que es de los pocos que existen de aquello; quizás el único. En cualquier caso, hizo una valoración muy positiva de haber podido ir al juzgado, porque considera que es señal de que «algo se está moviendo. Es una labor a hacer entro todos», animó. Eso sí, lamenta que haya tenido que venir una juez desde Argentina.

Comienzan los trabajos para quitar la laureada de la Diputación

Los trabajos para retirar la laureada de la fachada de la Diputacion de Nafarroa comenzaron ayer. La empresa Construcciones Zubillaga, que cuenta con taller de cantería, ha colocado ya una garita y un vallado con los materiales. No está claro aún cómo se ejecutará la intervención, ya que se barajan varias opciones. El símbolo franquista tallado en piedra forma parte de una altorrelieve tallado en el tímpano y que es obra del escultor Fructuoso Orduna. La intención es no dañar el resto de figuras que acompañan al símbolo franquista, que se añadió al Palacio de Nafarroa en el año 1951.

La laureada de San Fernando es un título que entregó el dictador Francisco Franco a Nafarroa durante la guerra que siguió al golpe de estado. Es un símbolo típico fascista, compuesto por unos laureles que se añadieron al escudo navarro. La laureada de San Fernando se utiliza en el Ejército español como señal de honorífica.

La idea es picar la talla y eliminar el símbolo, aunque pudiera ser que el resto de figuras corriera peligro. En tal caso, solo se tapará.

El Gobierno va a acompañar la actuación con una serie de paneles explicativos en la calle explicando la naturaleza de los trabajos.

La laureada es uno de los motivos centrales en torno a los que gira toda la decoración interior del Palacio, diseñada durante la etapa del nacionalcatolicismo.A. INTXUSTA