2016 URR. 14 IKUSMIRA La serenidad de Luis Oihane Larretxea Periodista Luis Ortiz Alfau nació en Bilbo el 13 de octubre de 1916. Ayer cumplió 100 años, tras lograr sortear bombardeos, una guerra, la dictadura y ser testigo de la muerte constante. Ha tenido una vida épica. Es menudo, de viva conversación y se hace querer con facilidad. Estos días anda de celebración; no es para menos. En una entrevista que concedía el pasado año a GARA, admitía sentirse «la persona más feliz del mundo» cuando cae la noche y se acuesta porque, pese a todo el sufrimiento, se siente «muy orgulloso» de haber sido un esclavo del franquismo. Incide en la importancia del relato, de ayudar a que la verdad salga a flote; y en eso anda atareado en los últimos años, participando en los actos que se celebran para honrar la memoria de hombres y mujeres que fueron perseguidos, ejecutados, enterrados en cunetas. El pasado de &bs;26 de setiembre lo acompañamos a los juzgados de Bilbo, donde debía prestar declaración en el marco de la querella argentina por unos fusilamientos ocurridos en 1937. No fue testigo directo de aquellas atrocidades, así que no pudo aportar mucho, pero espero que haya sido un primer paso, el previo a que le tomen testimonio directo. Él tiene fe; yo también. Algo no funciona para que, con un siglo de vida a sus espaldas, aún no haya ocurrido. «Es la primera vez que vengo a un juzgado porque nunca he tenido un solo lío», decía momentos antes. Y efectivamente, Luis no le debe nada a la Justicia, más bien al revés. Le debe su dignidad y el reconocimiento de la verdad, la conservación de su memoria para que, además de la felicidad plena, alcance la serenidad absoluta. Zorionak Luis!