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FIRMA DEL ACUERDO FINAL ENTRE LAS FARC Y GOBIERNO COLOMBIANO

Santos apela a la unidad y Timochenko a que «la única arma sea la palabra»

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el comandante en jefe de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, se dieron ayer por cuarta vez la mano. Lo hicieron en la firma del nuevo acuerdo alcanzado tras perder el plebiscito del pasado 2 de octubre. La cita, esta vez, fue en Bogotá. Ambos apelaron a la unidad y a respaldar la implementación.


En una sobria ceremonia que contrastó en número de invitados y protocolo con la del 26 de setiembre en Cartagena de Indias, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el comandante en jefe de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, firmaron el nuevo Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto Armado y la Construcción de una Paz Estable y Duradera. La cita fue a las 11.00 hora colombiana –la ceremonia empezó con media hora de retraso– en el Teatro Colón, situado en el corazón histórico de Bogotá. En esta ocasión, no hubo guayaberas ni camisas o vestidos blancos.

Como en Cartagena, Santos y Timochenko utilizaron una «balígrafo» para suscribir el nuevo contexto, al que se siguen oponiendo el Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe y otros sectores del país.

Es por ello que en su discurso el mandatario colombiano remarcó la importancia histórica de esta firma e invitó a colombianos a apoyar su implementación para poder poner fin a más de cinco décadas de conflicto.

«Tenemos que unirnos y asumir esa inmensa responsabilidad, aprovechar esta gran oportunidad (...) Trabajemos juntos, superemos las diferencias, démonos la oportunidad de convertir este sueño en realidad», exclamó emocionado Santos ante cerca de 800 invitados.

Reiteró su intención de convocar a «todos los partidos, a todos los sectores de la sociedad a que participen, contribuyan y logremos así un gran acuerdo nacional para la implementación de la paz». «Demostremos en un mundo polarizado que también podemos ser ejemplo y poner el país por encima de los intereses políticos», destacó.

Expresó su deseo de que la refrendación se lleve a cabo la próxima semana en el Congreso. «Ese será el día D. ¿Eso qué significa? Pues que cinco días después se iniciará el movimiento de las FARC-EP hacia las Zonas Veredales Transitorias. A los 90 días –del día D– se iniciará la dejación de armas. Y en 150 días, tan solo 150 días, todas las armas de las FARC estarán en manos de Naciones Unidas. Las FARC como grupo armado habrá dejado de existir», subrayó. También a partir del «día D» comenzarán las labores de desminado para que «nuestros campos no sean nunca más una trampa mortal».

Un Gobierno de transición

En nombre de las FARC-EP, Timochenko apeló a que «la palabra sea la única arma que usemos los colombianos». «La primera demanda nacional es que se ponga fin al uso de las armas en la política», añadió.

«Para alcanzar la firma de este acuerdo definitivo los colombianos vivimos más de siete décadas de violencia, medio siglo de guerra abierta, 33 años en procesos de diálogos, un lustro de debates (de paz) en La Habana, el desencanto del pasado 2 de octubre y el más histórico esfuerzo por conseguir el mayoritario consenso de la nación», recordó.

Incidió en que han estudiado con «esmero todo lo expuesto» por quienes votaron en contra del primer acuerdo y por quienes lo hicieron a favor. «Hemos hecho modificaciones sustanciales. La mesa de La Habana se vio rodeada del apoyo de la comunidad internacional y queremos agradecer las voces de aliento de la ONU, la UE, EEUU, el Vaticano, la CELAC, los países acompañantes –Venezuela y Chile– y los países garantes –Cuba y Noruega–, que estuvieron noche y día velando por la exitosa culminación de los trabajos de las delegaciones. Queremos también expresar nuestra admiración a quienes salieron a las calles a manifestar su desacuerdo con la guerra», señaló.

Al igual que el 26 de setiembre, Timochenko tendió la mano a «nuestros adversarios políticos» y «petición de perdón por las consecuencias que para ellos hayan podido provenir de nuestras manos».

Propuso la creación de un Gobierno de transición cuyo «propósito fundamental sea el cumplimiento cabal de los acuerdos de La Habana, el cual debería estar formado por todas las fuerzas y los sectores que han trabajado para ello». Hizo hincapié en que «nadie debe quedar por fuera de este acuerdo de paz».

Declaraciones

«Las FARC, como partido sin armas, podrá presentar y promover su proyecto político. Ese es el objetivo de todo proceso de paz»

JUAN MANUEL SANTOS

Presidente de Colombia

«El pueblo de este país está harto de la violencia, de la intolerancia, de los estigmas y señalamientos. Quiere y exige un profundo cambio»

TIMOLEÓN JIMÉNEZ

Comandante en jefe de las FARC-EP