La articulación demográfica del país bajo la lupa

El análisis demográfico de Euskal Herria elaborado por Gaindegia para Udalbiltza contiene varios elementos que invitan a la reflexión sobre el futuro de este país. La estructura de la población corresponde con una sociedad que se caracteriza por bajas tasas de natalidad y mortalidad, propia de sociedades industriales, y similar a las de nuestro entorno. La pirámide de población refleja el envejecimiento propio de esa dinámica demográfica, pero muestra también los distintos escalones que dibujó en la misma nuestra historia reciente: desde el desarrollismo de los años 60, pasando por las sucesivas crisis económicas hasta el estallido la burbuja del ladrillo y la posterior recesión.

Más que la situación general es preocupante el estado de bastantes comarcas rurales que se encuentran en una tesitura demográfica comprometida. El informe identifica tres factores como causantes de dicha realidad: las grandes distancias a las que se encuentran los servicios sociales básicos; la acumulación de actividades económicas alrededor de las capitales y de los ejes de comunicación entre la península y Europa y el correlativo vaciamiento del resto del territorio; y por último, una política de vivienda cuya oferta se ha concentrado en los núcleos urbanos, succionando así a la población del resto del país.

Un país soberano estaría en disposición de tomar decisiones sobre aspectos clave para su equilibrio demográfico, como el diseño de los ejes de transporte y comunicación. No obstante los factores identificados por el informe dependen en gran medida de las administraciones locales que, en contra de la sostenibilidad, han apostado por una concentración de población, actividades económicas y servicios alrededor de las grandes urbes, reservando el medio rural para el esparcimiento de la población urbana. Con Euskal Hiria como modelo, los desequilibrios en dotación de servicios y oportunidades han terminado poniendo en peligro el futuro de la mayor parte del territorio.