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IKUSMIRA

La escuela «charter» más cercana


Los decretos xenófobos, racistas o sexistas que puede poner –y está poniendo– en marcha como elefante en una cacharerría, la Administración estadounidense bajo la Presidencia de Donald Trump, pueden, por su desmesura, ocultar derivas similares más cercanas, presentadas con más diplomacia y el tono suave de la «derecha civilizada». El exceso de la actuación de Trump provoca la obligada alarma pero hace que nos parezcan aceptables situaciones más conocidas. Y no solo por los muros que se levantan desde el Tajaral a Lesbos.

La desconfianza de lo que puede hacer la recién nombrada secretaria de Educación, Betsi DeVos, ha concitado tal rechazo en el Senado que solo el voto del vicepresidente, –algo que no había sucedido jamás– ha podido lograr su aprobación. DeVos ha eludido confirmar si piensa recortar la financiación de la escuela pública y ha recurrido al eufemismo de la defensa de la «elección de los padres». En Michigan ha sido la impulsora y financiadora de la reforma escolar que ha hecho del Estado un laboratorio de las «escuelas charter». Se trata de escuelas de iniciativa privada financiadas con dinero público, pero que también pueden recibir donaciones privadas. Funcionan de forma autónoma, tienen su propia relación con sus trabajadores y pueden desarrollar programas especiales. La competitividad por los resultados es su meta.

Por ello, son presentadas como la alternativa a la escuela pública, estigmatizada y a la que se le recortan recursos –a veces en beneficio de las «charter»–. A mí esto me suena.