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Paso a paso. Poliki poliki. China chana


Paso a paso. Poliki poliki. China chana. De este modo –en castellano, euskara y aragonés– explicaron el sábado en Castejón, en la presentación de la nueva plataforma 2018 Bardenas Libres, cómo van a trabajar para lograr que, mediante una consulta, se escuche la voz de los afectados directamente por el polígono de tiro y que puedan decidir sobre su desmantelamiento.

Desde que en 1951, en pleno franquismo, la Junta de Bardenas y el Ministerio del Aire firmaron el primer contrato de arrendamiento del polígono de tiro, nadie se ha preocupado de preguntar su opinión a los vecinos del entorno, los más afectados por el peligro de los aviones, las bombas y el material del que están compuestas.

Desde entonces, se ha renovado el contrato en varias ocasiones, pero se ha seguido sin escuchar ni preguntar a los vecinos del entorno de Bardenas. La Junta lo aprobaba y se acababa la discusión. Si alguien alzaba la voz, se le respondía con que el Ejército (y la OTAN) pagaban bien y que con ese dinero se hacían muchas cosas. Fin de la discusión. Y hasta la próxima firma. La Junta de Bardenas es de esas instituciones supuestamente democráticas, pero un monasterio con una docena de monjes tiene el mismo voto que Tutera, una ciudad con más de 35.000 habitantes.

Habrá tiquismiquis que preguntarán si en la consulta popular participarán solo los riberos o todos los navarros. Incluso, habrá quien diga que tienen que votar todos los españoles (o los ciudadanos de los estados de la OTAN). Excusas para seguir como siempre y que decidan otros.