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DE REOJO

Los huevos


Si Trump se dedica con afición a la cría de hechos alternativos, algunos jueces a la revisión tardofranquista del código penal y unos cuantos periodistas cafres siguen siendo los dueños de la insidia y la agresión a los enemigos que les marcan sus dueños, nos debemos apuntar a bailar zumba o a mirar con perspectiva histórica los canales autonómicos de comunidades uniprovinciales para entender mejor las camadas de asesores de gobiernos formados en la bravuconería más impresentable de las mayorías absolutas y la impunidad de la burbuja mafiosa de medios, fiscales, jueces, constructores y poderes políticos.

En muchos lugares, cuando no saben cómo llamarle, le llaman Canal 7 o similar a la televisión pública o semipública, y en Murcia es así, y de uno de sus programas de tertulia más o menos de actualidad política estamos viendo la intervención de un tal José Antonio Martínez Abarca, que es una de esas muestras de chulería absoluta, de violencia, de desborde por carácter, cargo o ingesta desmesurada de  alcaloides en horario de zumos o medias lunas. Opinaba airadamente que un juez puede tomarse unas copas “con quien le pase por los huevos”. Lo pillaron con un miembro de la dirección del PP murciano. Y lo repitió con un actitud física, un lenguaje corporal y gesticulación barriobajera que daba vergüenza. Pero no acabó ahí la cosa, porque los otros tertulianos le llevaban la contraria, con buena lógica, porque se trata nada menos que del juez del caso “Auditorio”, el que le puede costar el puesto al actual presidente murciano del PP. Como sus contrarios no se amedrentaron, tomó en su mano una de esas tazas de las mesas de la tele y le amenazó con levantarse y estampárselo en la cabeza. Lo malo es que siguió en el plató, y sigue siendo asesor del gobierno murciano. Estos son los hechos. Los huevos.