Ya está aquí

Tenía escrito mentalmente este artículo desde hace meses, pero de repente todo se tuerce, todo se enciende de madrugada, cuando las amenazas y las actitudes falsarias se convierten en un bombardeo de las tropas de Trump en Siria contra una base aérea del gobierno, lo que hace más compleja la situación, la correlación de fuerzas, los trámites diplomáticos y los equilibrios militares que deberán volver a ponerse a prueba. No ayuda a mejorar la situación a corto plazo, es una bravuconada de un presidente que la va a liar, o como se podría esperar ya está aquí su primera cagada gorda, su primer paso para dar impronta de su agresividad contenida. Se puede esperar lo peor. Uno cree que hoy hay más posibilidades de enquistar esas guerras esquinadas y entrar en una fase de auténtico peligro mundial.

Pero el “ya está aquí” se debería aplicar al desarme de ETA. Una organización armada, que se autoproclama desarmada, es una entelequia, un recuerdo, un eslogan, un pasado que debe ser declinado con mucho respeto, cuidado y esperanza. Y a partir de este momento hay que ajustar todos los tornillos de nuestro entramado político, de nuestra postura ante los hechos históricos y ante la nueva situación. Un proceso de paz por ahora unilateral pero que entre todos debemos hacer definitivo. Van a existir problemas, proclamas, manifiestos y provocaciones para no reconocer la realidad. Calma, paciencia, constancia, protección de los que han quedado en un limbo y movilización para acortar al máximo el proceso.

El lenguaje vengativo se mantiene, casi todo es posible, pero hay algo irreversible: empieza una nueva etapa política en Euskal Herria, con los mismos objetivos, pero con otros instrumentos para lograrlos. Todos debemos estar a la altura de las circunstancias. Ya está aquí la oportunidad final.