Alternativas

En tiempos festeros acoplar las migrañas dentro de la resaca y el bullicio general es una tarea que requiere de un esfuerzo mental que supera cualquier graduación desinteresada. Titánica. Y el electrodoméstico esencial sin conexión externa a la antena es un mueble reiterativo, cansino, adocenado y casi inútil. Con las plataformas de pago se tienen otras alternativas. No muchas más, pero las suficientes para entender que existen otras posibilidades de narrar tanto en la comedia como en el drama.

Frecuento dos canales dedicados a series que no se ven en abierto. Algunas son nuevas temporadas de las más conocidas, o incluso la repetición en bloques. Un buen servicio para pasarse tardes sin necesidad de martirizarse con el mando a distancia. Y me sorprende el lenguaje empleado, la manera que se acercan a las inmediaciones de los poderes políticos, desde perspectivas norteamericanas o europeas. Pero también a los temas más latentes o la mirada hacia mundos concretos de hace unas décadas con vocación no solo historicista.

Me gusta mucho “Morir de pie”, que se sitúa en los finales de los sesenta, comienzo de los monologuistas en salas especializadas. La protagoniza un personaje de mujer de mucha entidad, sin tópicos, libre, vindicativa, la que va creando un equipo, una difusión de estos jóvenes actores y actrices. Y una mirada hacia el entorno, hacía la heroína, en otro protagonista, sin moralina, sin alarma social, solo como un hecho más. Otra que me parece recomendable es “Catastrophe”, que tiene la peculiaridad de que sus guionistas, directores y protagonistas son Rob Delaney y Sharon Horgan, cuyos personajes llevan su mismo nombre. Es una delirante comedia sobre relaciones de pareja. Demoledora en su lenguaje. Estas son dos de mis alternativas más seguras. Seguiremos informando.