Argumento

Nos despertamos con dos líneas de impulso para juntar con urgencia las letras porque empezamos a sentir cómo nos crece una sospecha sobre la sobrevenida lucha contra el turismo masivo. Y lo hacemos porque hay dos series que nos obnubilan: “Twin Peaks” y “Fargo”. Palabras mayores. Nunca se cansa uno de ver las cosas buenas, bien hechas, con repartos adecuados, con una intención más allá del mero hecho de hacerse. Una creación que supura inteligencia, talento, sensibilidad y el argumento está o no está, dependiendo del punto de vista de cada telespectador.

Todo son sospechas, todo es misterio, todo es sencillez, todo es constancia, pero todo es guion o su ausencia. ¿Alguien se puede creer que David Lynch trabaja sin pautas, sin saber de dónde viene y a dónde va? No; lo sabe, lo que sucede es que tiene unos momentos en donde aparece el plus de creatividad, de genialidad. En “Fargo”, que parte de la película de los hermanos Cohen, existe más estructura, está más solidificada en las tramas, pero también existe un reparto excelente, unos personajes especialísimos y un tratamiento del ritmo, de los silencios, del tiempo narrativo que la dota de una mayor calidad.

Bueno, pues en medio de largas sesiones con estas dos series, ver lo de los ataques a establecimientos de alquiler de bicicletas, buses turísticos, movilizaciones por casi todos los puntos peninsulares, uno entra en un bucle. Vuelve a hacerse las preguntas que se debe hacer un detective: ¿A quién favorecen estas acciones aparentemente espontáneas? ¿Quiénes hacen uso de estas micro-acciones en sus portadas? Y sin más, esperando que el argumento tenga un cambio rápido, digo que se va a utilizar para lo contario, para rebajar los precios de hoteles y de paquetes turísticos. Voy rumiando el argumento mientras suenan himnos.