2017 ABU. 25 QUINCENA MUSICAL Un gran tamaño no implica perder el control Mikel CHAMIZO Desde los primeros compases de “As the heart soars”, una breve página con carácter de banda sonora de anime compuesta por Chun-Wai Wong, quedó claro que la Asian Youth Orchestra es una orquesta disciplinada y con un férreo control de su sonoridad. Se notó sobre todo en el sonido de las cuerdas, ligero y definido aunque se trataba de una sección con más de 34 violines. James Judd se mostró especialmente atento a cuidar de este equilibrio, a que el gran tamaño de la orquesta no impusiese volúmenes excesivos ni distorsiones tímbricas, pero esta estrategia de ir pisando el freno constantemente afectó a la interpretación del “Concierto para violín nº 1” de Shostakovich. El primer movimiento, “Nocturno”, resultó idóneo con la tensa frialdad que transmitieron las cuerdas, como si estuvieran reteniendo la violencia que se habría de desatar más adelante. Pero en los movimientos rápidos, el “Scherzo” y el “Burlesque” final, la orquesta no logró rendirse a la sensación de frenesí, de ir al límite del control de la ejecución, que es uno de las razones psicológicas por las que la música de Shostakovich puede llegar a parecernos tan brutal y vertiginosa. Vadim Repin, que ya ha visitado Donostia en anteriores ocasiones dejando un grato recuerdo, estuvo igualmente discreto, con más errores de emisión de lo que es habitual en un solista de esta categoría y, aun así, haciendo gala de un timbre y un fraseo demasiado refinados para lo que parece exigir este concierto. Tras este Shostakovich –que era un grandísimo admirador de Mahler– no quedaban muchas esperanzas por escuchar una “Titán” memorable. Pero la AYO y, sobre todo, James Judd parecieron mucho más entregados con este monumento mahleriano, firmando momentos intensos y arriesgándose con algunas perspectivas muy subjetivas del tempo en determinados pasajes. No fue un Mahler perfecto, pero sí valiente y convincente, y sobre todo abordado con una pericia admirable por este conjunto de jóvenes músicos de entre 17 y 27 años de edad.