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DE REOJO

Todo o nada


Dos posturas. O todos saben algo o nadie sabe nada. La Diada convertida en un producto televisivo, en un plan de propaganda y agitación. Entre fiebres y enfebrecidos tertulianos que parecen estar desbocados. No saben reconocer que estamos en un momento de incertidumbre, de indefinición, de decisión subterránea. He escuchado a Iñaki Gabilondo definiendo de la manera más tonta y fuera de sentido a Carlos Puigdemont. Le considera alguien que no tiene futuro político. ¿De verdad? Es el honorable que ha llevado a Catalunya a las puertas de un referéndum que puede convertirla en una República Independiente. ¿Le parece poco futuro? Y si es inhabilitado, detenido, todo eso que le puede venir desde el Estado español con toda su panoplia represiva, solamente le puede proporcionar qué futuro político. Esas son las equivocaciones gruesas y constantes de los fanáticos españolistas analizando algo que no comprenden.

Junqueras en “El Objetivo” vuelve a mostrarse un president in pectore. Esa era la estrategia, pero a día de hoy, si se aborta el referéndum desde Madrid y se convocan elecciones, la cuestión no está tan clara. Ha crecido la figura de Puigdemont, aunque sea en claroscuro. Lo de Rivera es un simple ejemplo de un oportunista patibulario, un auténtico vendepeines, un trilero político y otra vez, el partido socialista se ha colapsado, se ha acojonado, se ha unido al frente constitucionalista que es decir, la nada, el discurso de siempre, emparedado entre la banda de Rajoy, el cuñadismo de Rivera y su propia indecisión.

Pérez Royo describe la situación con claridad: hay una legalidad cuestionada frente a una voluntad política nueva ilegalizada, lo que no tiene otra solución que un nuevo pacto. ¿Será posible? Todo es posible en cuanto no se apuesta siempre a todo o nada.