GARA Euskal Herriko egunkaria
EDITORIALA

Otro paso en la lucha por la democracia y la libertad


El independentismo catalán ha logrado vencer al bloque del 155, a todos los poderes del Estado y al establishment de la Unión Europea. Ha renovado su mandato por la democracia y la libertad en unas elecciones totalmente condicionadas por la excepcionalidad jurídica, por la represión y por la intervención política y económica de sus instituciones. Tal y como resumió anoche el president Carles Puigdemont, «la República catalana ha ganado a la Monarquía española del 155». Esos poderes no aceptaron un referéndum y han sido derrotados en un plebiscito en toda regla, con un 82% de participación.

Nadie creía que con esa afluencia a las urnas el resultado fuese a reproducir el del 27S y que el independentismo fuese a seguir creciendo hasta superar de nuevo los dos millones de votos. Aun en estas condiciones, bajo esta presión y con semejante amaño, la sociedad catalana no se ha sometido. También hay que destacar el papel de sus líderes represaliados, y en concreto el del propio Carles Puigdemont, que ha renovado su liderazgo y su legitimidad democrática desde el exilio. Sin olvidar, por supuesto, a los presos políticos.

El independentismo catalán es un fenómeno político de primer orden a nivel internacional, con una potencia social y democrática descomunal, y el mensaje de ayer a los poderes europeos que nombraron a Mariano Rajoy como su único interlocutor también es claro: deben escuchar y abrir vías políticas a la voluntad democrática, revertir la perversión del «Rule of Law», terminar con la persecución, la segregación y las medidas represivas. Si no quieren unilateralidad, solo cabe la multilateralidad.

Ciutadans ha capitalizado el voto unionista de manera espectacular, lo cual tiene tanto o más influencia en la política estatal que en la catalana. Que nadie espere de Madrid inteligencia o magnanimidad. No pueden ganar y no saben perder.

No cabe obviar que el resultado muestra una sociedad plural y compleja, y obliga a los defensores de la República a seguir desarrollando un proyecto de país emancipatorio y basado en la ciudadanía y sus derechos. Hoy, 22 de diciembre, la lucha por la democracia y la libertad continúa.