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JO PUNTUA

Así perdió España


Rajoy podía haber ido solo a la guerra total contra el soberanismo. Para aplicar el artículo 155 se bastaba y se sobraba con tener el Gobierno y la mayoría absoluta en el Senado, y solo lo primero para marcar la línea judicial contra los independentistas. Podía haberlo hecho, pero no lo hizo. Debía sumar a Ciudadanos, que querían estar en la foto, y empujó también al PSOE porque nada vende como la apelación a «la unidad de todos los demócratas».

No acabó ahí. A la estrategia de Rajoy se sumó alegremente la Casa Real, con un discurso de Felipe VI que pasará a la historia de la impertinencia. Alistó también a todos los grupos de comunicación que controla, que en España son la mayoría, y al mundo empresarial. Ejecutivo, legislativo, judicial y la mayoría de poderes fácticos, todos en comunión para vencer 10 a 0 a Puigdemont y Junqueras.

La opción del Gobierno se convirtió así en política del Estado. Con tal despliegue de efectivos era imposible perder, pensaban. Aplicación del 155, intervención de la Generalitat, encarcelamiento de los líderes independentistas y convocatoria de elecciones que dotara de un sello de legitimidad democrática a todo lo anterior. Un paseo. Rajoy pensaba cerrar la crisis catalana en apenas tres meses y salir reforzado él junto al Estado.

Pero falló. Ni horas y horas de propaganda, ni mantener a los candidatos en prisión ni una participación disparada consiguió que los independentistas perdieran la mayoría absoluta del Parlament. Al contrario, la jornada del 21D permitió al independentismo demostrar una estabilidad a prueba de bomba y ser capaz de obtener todavía 100.000 votos más.

La derrota de la estrategia de Rajoy es inocultable pero, sobre todo, es más que la derrota de una apuesta concreta. El PP ha convertido su fracaso en una derrota para España, comprometiendo a todos sus estamentos en una vía fracasada y dinamitando el camino para la vuelta atrás. Este es el escenario más temido porque, ahora, al Estado solo le queda la negociación o suspender la democracia indefinidamente.