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LA CUESTIÓN CARCELARIA

EPPK traslada al Foro Social su apuesta por «construir convivencia»

EPPK y Foro Social Permanente se reunieron el sábado en la cárcel de Granada, representados por Jon Olarra y Agus Hernán respectivamente. El Foro destaca en una nota la «total disposición» de EPPK a «reconocer a las víctimas el sufrimiento y participar en un diálogo constructivo» en un marco adecuado para ello. Los foros locales interesan.


Tras la reunión celebrada a inicios de diciembre entre una delegación de electos y EPPK en la cárcel parisina de Réau, ahora al sur del Bidasoa ha sido el Foro Social Permanente quien ha abierto una vía de interlocución cara a cara con el Colectivo. El Foro hizo pública ayer la reunión mantenida el sábado por su coordinador, Agus Hernán, y el preso Jon Olarra, uno de los representantes de EPPK. Califica el encuentro como «positivo» y ofrece detalles relevantes sobre la posición de los presos.

Como ha explicitado ya en varias ocasiones anteriores –las más recientes la citada reunión de Réau y el comunicado emitido el 29 de diciembre–, EPPK se reitera dispuesto a abordar la cuestión del reconocimiento del daño causado. El Foro explica que Olarra «trasladó la total disposición» del Colectivo de Presos y Presas Políticas Vascas a «asumir su responsabilidad y reconocer a las víctimas el sufrimiento que han padecido, y su disposición a participar para ello en un diálogo constructivo con las propias víctimas».

«Con este fin –añade el Foro Social Permanente–, entienden necesario construir un marco adecuado que hasta ahora nunca ha existido. Un marco que consideran debe perseguir construir una convivencia huyendo de dinámicas de reproches». Y en este punto señala el Foro que EPPK «valoró muy positivamente los ‘foros de convivencia locales’ en los que víctimas de ETA se están encontrando con expresos, logrando espacios de escucha mutua y de empatía con el dolor del otro».

En la conversación Olarra «recordó también que hoy día sus familiares son víctimas que sufren las consecuencias de la dispersión y que también merecen la reparación necesaria». En la nota de cinco puntos emitida por EPPK (representado entonces por Marixol Iparragirre y Mikel Albisu) en el encuentro de Réau, y reiterada después el 29 de diciembre, ya se expresa la voluntad del Colectivo de «dar los pasos necesarios» para contribuir a «curar las heridas» de todas las víctimas del conflicto, con el subrayado añadido de que ese conflicto sigue generando sufrimiento hoy por el mantenimiento de una política carcelaria que deja encerrados a los presos enfermos u obliga a enormes desplazamientos a familiares y amigos.

Hacia una hoja de ruta

En la conversación mantenida en el locutorio de Albolote, en condiciones «no óptimas», Hernán constató de Olarra «la total disponibilidad de EPPK para ser un agente activo en la construcción de la convivencia, así como su responsabilidad de realizar aportaciones constructivas en este sentido».

Durante los 40 minutos, tope preceptivo de la comunicación, Hernán informó del trabajo que se viene realizando a partir de las conclusiones del IV Foro Social, centrado en las personas presas y huidas y que tuvo lugar en marzo del pasado año. «Este trabajo se está desarrollando a través de diálogos multilaterales con la mayoría de partidos de los parlamentos navarro y vasco y con la totalidad de los sindicatos en ambos territorios», revela esta nota.

Concreta aún más al indicar que en la CAV este proceso «se encuentra en ‘una fase de construcción de confianzas a través de un diálogo multilateral sostenido’», que trata de avanzar hacia acuerdos básicos para una hoja de ruta común. En cuanto a Nafarroa, se desarrolla con un «ritmo propio» en el que en el momento actual «las condiciones para un diálogo también se están concretando».

En la reunión que tuvo lugar en el penal andaluz, el Foro Social Permanente planteó a EPPK «la conveniencia de que sean parte activa de este debate multilateral entre actores que están trabajando por la resolución de las consecuencias del conflicto, así como en la necesidad de articular para ello las vías necesarias». Recordó que su objetivo es construir una «triangulación» entre instituciones vascas, EPPK y sociedad civil (al estilo de la que permitió allanar la cuestión del desarme hasta culminarlo con éxito). Y Hernán se comprometió a informarles periódicamente de «los avances, acuerdos y disensos» que se produzcan sobre el tema.

La nota del Foro concluye apuntando que «ambas partes se comprometieron a consolidar este espacio de diálogo, para lo cual seguirán manteniendo encuentros periódicos de estas características».

Primer grado, embudo

Pese a la premura de tiempo, en el encuentro Olarra pudo informar a Hernán de las iniciativas de EPPK en marcha. El Foro explica que en aproximadamente 20 cárceles las personas presas han solicitado destino (trabajar en la prisión), habiéndose aceptado en la mayoría de casos.

El escollo principal para seguir avanzando hacia las excarcelaciones, apuntado ya con anterioridad, es el mantenimiento del primer grado. A día de hoy, el 96% de EPPK sufre esta situación y la mayoría ha optado por solicitar el paso a segundo grado. Las demandas están siendo rechazadas mayoritariamente en las reuniones que se celebran en cada prisión con periodicidad de tres o seis meses. Les suceden recursos, primero ante la propia Junta de Tratamiento y después ante los juzgados de Vigilancia Penitenciaria.

EPPK remarcó en la reunión que «este paso de primer a segundo grado se está convirtiendo ya en un cuello de botella para que los presos puedan iniciar un recorrido jurídico dentro de la prisión y, cuando se den las condiciones, poder acceder a beneficios penitenciarios». Añadió que el argumento usado sistemáticamente es ser «miembro de una organización terrorista no disuelta», lo que muestra una directriz política de fondo.