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EDITORIALA

Davos dibuja el cuadro de mando liberal del mundo


Esta semana se ha celebrado el Foro Económico Mundial en Davos. En esta cumbre, además de una amplia representación de políticos, también toman parte personas relacionadas con otros ámbitos, como el económico, social, cultural y académico. Esa amplia y variada participación lo ha convertido en una importante tribuna en la que se define la agenda liberal mundial para el año que comienza.

Si el año pasado la estrella fue el presidente chino, Xi Jinping, y su apuesta por profundizar el camino de la globalización frente al discurso nacionalista de un recién elegido presidente de Estados Unidos, Donald Trump, este año ha sido este el que ha expuesto su visión sobre el futuro del mundo, reafirmándose en su ya conocido «America first». Un enunciado que no es sino una actualización moderna de la vieja consigna liberal que alienta la búsqueda del interés individual como fuente de beneficio colectivo. Un postulado que se ha demostrado sobradamente falso. Buena muestra de las consecuencias de esa visión parcial y errónea es el informe de riesgos que ha elaborado el propio Foro, en el que el cambio climático en sus diferentes manifestaciones continúa copando los primeros puestos de amenazas más probables. Son precisamente esos desastres naturales, que tanto preocupan, la consecuencia directa de una actividad económica depredadora y de un modo de vida insostenible, fruto precisamente de la preeminencia del interés individual sobre el bien común. A pesar de ello, la agenda liberal no ha variado un ápice y, entre los cada vez más numerosos informes que elabora el Foro, no hay ninguno dedicado a la pobreza y a la desigual distribución de la riqueza en el mundo.

La gran ceremonia liberal ha concluido como comenzó: con nuevos llamamientos a reformar el capitalismo que, como recordó en la inauguración el primer ministro de India, Narendra Modi, ha perdido brillo. No obstante, pocos cambios se pueden esperar de las mismas recetas.