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FORO SOCIAL: REINTEGRACIÓN DE PRESOS Y EXILIADOS

Proponen estudiar las trabas extras para la reintegración de las mujeres


Desde la comisión de género del Foro Social, la investigadora de la UPV Irantzu Mendia y la exprisionera Olatz Dañobeitia destacaron la necesidad de un estudio que teste las dificultades añadidas de las mujeres para reintegrarse después de años de cárcel, exilio o deportación. En la segunda mesa redonda de la tarde, incidieron en que no hay datos al respecto en Euskal Herria, pero sí hipótesis fundadas sobre trabas extras tanto en el ámbito socioeconómico como en el sicosocial o a la hora de continuar con su participación política.

Algunas de las preguntas que creen pertinente hacerse son cuál era la cualificación académica y profesional de estas mujeres antes, en qué condiciones pueden insertarse en el mercado laboral, en qué situación les deja haber tenido hijos en ese periodo, cómo condiciona (o impide) ello su actividad política, qué consecuencias añadidas padecen si sufrieron violencia machista en los calabozos o la cárcel…

Haciendo una estimación de los tres ámbitos referidos a partir de la realidad existente hoy en Euskal Herria, Dañobetia anticipó que con seguridad la mujer entrará menos y en condiciones más precarias en el mercado laboral, que en muchos casos la dedicación a los cuidados familiares («falta de tiempo y de dinero») torpedeará su participación política y que sufrirá también mayores problemas sicosociales. En cualquier caso, insistió en que «hay que investigarlo, necesitamos tener una fotografía clara sobre qué especificidades existen respecto a la reintegración de los hombres».

Preguntado en el turno del público sobre a cuántas mujeres asiste Harrera, Karlos Ioldi indicó que según sus datos en estos casi ocho años han vuelto a casa más de 400 prisioneros, refugiados o deportados frente a cerca de un centenar de mujeres. Y añadió que en la actualidad únicamente disponen en la asociación de cuatro currículums de exprisioneras que están buscando trabajo.

Mirando a otros puntos del mundo donde esta situación está más diagnosticada que en Euskal Herria, Irantzu Mendia se detuvo en dos procesos de reintegración: El Salvador y Bosnia.

El Salvador y Bosnia

Sobre el país centroamericano, destacó que allí tampoco se hizo la «radiografía» que piden para Euskal Herria y la consecuencia fue que el retorno de las mujeres resultó peor que el de los hombres, en parte por la condición desigual de partida –por ejemplo, a nivel de cualificación académica– y en parte debido a factores posteriores como que el 80% tenía hijos menores de 12 años. «No encontraron facilidades para insertarse en el mundo laboral y en general tuvieron que dejar la lucha política», constató la investigadora.

En Bosnia, apuntó que la reintegración se abordó de forma completamente individual (sin estructuras comunitarias de apoyo). «Cada cual tuvo que superar el drama a su manera», indicó, y ello dio pie a fenómenos como la hipermedicación: «Pastillas, pastillas y más pastillas».