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GUTUNAK

La Audiencia Nacional me juzga hoy por tuitear


Han pasado ya casi 3 años desde el momento en el que me detuvieron. Cómo olvidar los gritos de tres encapuchados al salir de casa: «¡Guardia Civil, Guardia Civil, está usted detenido!». Y hoy, tres años más tarde aquí me tenéis, de camino a la Audiencia Nacional.

Es curioso que mientras la derecha y el fascismo se mueven con total impunidad, la izquierda revolucionaria no deja de ser reprimida y condenada en un ámbito tan básico como la libertad de expresión. Mientras pedir un tiro para Gabriel Rufián o Arnaldo Otegi no te sienta en la Audiencia, despedirse de Josu Uribetxeberria te cuesta año y medio de condena (como le ha pasado al compañero Andeka).

En este momento tenemos que recordar el papel que juegan las redes sociales y recordar que son una herramienta y no un objetivo. La verdadera lucha está en la calle. Por todo ello, un abrazo enorme a los que día a día agitáis las calles. ¡Vosotros sois nuestro ejemplo!

No podemos esperar ningún tipo de justicia de un Estado que encarcela tuiteros mientras premia a corruptos y fascistas. Y menos aún de la Audiencia Nacional, heredera del más casposo Tribunal de Orden Público franquista.

Por todo ello, la única sentencia justa que puede emitir la Audiencia Nacional es la absolución. No solo para mí, sino para todos los encausados en la operación Araña.

Por último, no quisiera olvidarme de nuestro compañero Alfredo Remirez, que actualmente cumple condena en la cárcel de Basauri por el simple hecho de ejercer un derecho tan básico como es el de la libertad de expresión.

Ayer fueron ellos, hoy soy yo, mañana puedes ser tú...